Bala Perdida

CALVARIO

A Benjie, un amigo al que me dolió en el alma tener que dejar ir y mi compañero mientras escribí casi toda esta historia, todavía te extraño.

Darren

¿Qué nos pasó?, recuerdo con claridad las personas que solíamos ser, la sonrisa en nuestros rostros, la juventud reflejada en nuestra brillante y lozana piel, el brillo en los ojos, las ganas de comernos al mundo, solo éramos tres jóvenes con un futuro prometedor entre sus manos, alejados de la muerte, incorruptibles antes el sufrimiento y ajenos de la guerra con sus múltiples dolores. Trataba de imaginar los escenarios alternos de lo que pudieron ser nuestras vidas, si hubiéramos sido doctores, si siguiéramos viviendo para nosotros mismos y no para los objetivos crueles de alguien más. Hace mucho que mi vida ya no me pertenece, está condicionada a las consecuencias de los actos de los demás, de las decisiones de mis padres, de lo que quería Marqués para mí, de la venganza que tenía preparada Camila, de la vida que creé para Lux, sé que pude haber tomado mejores decisiones, repaso todo en mi cabeza una y otra y otra vez pensando que hubiese sido de haber elegido algo diferente, de no arrastrar a los que amo a este trágico destino.

Imagino si en lugar de tratar de proteger a Lux hubiera ido a contarle todo, si me hubiese quedado con mis padres intentando huir de Camila, ¿cómo hubiera resultado ese destino?, sé que ya no tiene sentido, que es tiempo perdido el que invierto tratando de recomponer mis pasos, solo tengo el presente, lo que sucede en este preciso momento, tengo que afrontarlo, fueron mis decisiones las que nos han traído hasta aquí, fue mi culpa que hayan atrapado a Garza y ahora tengo que lograr sacar a Paula, tengo que ponerla a salvo, se lo debo a mi amigo, él que siempre me protegió, él que no me debía nada y aun así me brindó toda su lealtad.

Paula y yo nos encontrábamos escondidos en una pequeña bodega del primer piso de la casona en la cual ahora éramos prisioneros, ella logró llegar a mí con la mano de Hudson envuelta en una chaqueta, entonces nos deslizamos hasta entrar a este cuartillo donde estábamos parcialmente seguros porque los hombres de Camila creían que tenían asegurado completamente este nivel. Solo esperábamos una oportunidad para atravesar el pasillo hasta llegar a las escaleras que conducían al sótano, donde Garza nos aseguró que se encontraba la entrada al túnel, no podíamos hacer nada más, solo esperar.

Fuera de la habitación todo era caos, escuchábamos gritos de ayuda, disparos, ejecuciones, la gente del Clan ponían filas de ocho o nueve hombres de rodillas en el suelo y luego los acribillaban en serie dándoles un tiro en la cabeza, la crueldad era extrema y no podíamos dejar de preguntarnos, si le hacían eso a ellos, ¿Qué destino les esperaba a Garza y a León?, ninguno de nosotros decía nada, pero sabíamos lo que estaba rondando por la cabeza del otro, no podía ni siquiera mirar a los ojos a Paula, sentía culpabilidad al ver el dolor enmarcado en su rostro.

No puedo dejar de pensar en mi amigo, los recuerdos empiezan a mezclarse en mi mente.

—Si pudiéramos cambiar el pasado, ya sabe, que toda la mierda no nos hubiera tocado, si yo no hubiera entrado ese día a la clase del profesor Medina y Paula y usted nunca me hubieran conocido, ¿Dónde cree que estarían? —Garza rio, este es el recuerdo al que mi mente se transportó inmediatamente después de que Paula me dijera que lo habían atrapado, sucedió hace solo un par de noches, compartiendo una cerveza mientras hacíamos los últimos preparativos del plan que teníamos para huir de aquí.

—Seguramente en algún bar, decayendo por alcoholismo—Esteban rio nuevamente mientras tomaba un sorbo de su bebida.

—Es en serio, me les cagué la vida—quisiera poder devolver el tiempo y nunca haberles hablado en la universidad, que en la maldita primera exposición sobre el metabolismo me hubiera tocado hacer grupo con dos desconocidos, no con ellos, no con su amabilidad, su gentileza, los chistes malos de Garza, la espontaneidad de Paula y la lealtad e incondicionalidad de ambos.