¿NUEVA VIDA?

49 12 20
                                    


León

— ¡No sostengas la respiración! Esto no se trata de tensión, al contrario, es acerca de fluidez, ¡respira!, llena tus pulmones de aire y siente que eres una extensión de cada exhalación, mantén tu cuerpo erguido, casi como si el oxígeno entrara en ti de manera vertical y saliera horizontal, no te anticipes, busca el momento perfecto, simplemente lo sientes y cuando lo hagas déjalo salir, no dudes un solo segundo, decide, apunta y dispara.

Lux y yo estábamos en el campo de tiro, por primera vez en la vida estaba a punto de lanzar una flecha de un arco recurvo, me encontraba de pie sosteniendo la flecha en la cuerda mientras ella acomodaba mi postura. Estaba muy concentrada, siempre tomaba con bastante seriedad la arquería, recordé las miles de veces que vine con ella a verla practicar, día tras día, flecha tras flecha cuando era su guardaespaldas y ahora ella me estaba enseñando, parecía una locura, hace unos meses yo solo era una sombra para ella y ahora estábamos juntos.

—Estás perfecto, cuando estés listo solo hazlo—dijo finalmente.

El cielo estaba poniéndose gris, una enorme nube parecía estar anunciando una tormenta, el viento soplaba moviendo los cabellos de Lux con fuerza, yo observaba todo con detenimiento, finalmente exhalé y la flecha se deslizó haciendo un recorrido instantáneo hacia la diana ubicada unos a 30 metros de distancia, lo había hecho, Lux tomó sus binoculares y pronto comenzó a brincar.

—Es un perfecto 9—gritaba y saltaba mientras se lanzaba a abrazarme, la sujete como pude tratando de no arrojar el arco, estaba muy feliz y yo simplemente no pude evitar sentirme como hace años no lo hacía. Completo. —No puedo creer que lograras un 9 en tu primer lanzamiento, tienes demasiado suerte chico—dijo riendo pero se detuvo al notar como de repente un líquido comenzaba a escurrir por su frente, la primera gota de lluvia comenzó a caer sin preámbulo y las otras no se hicieron esperar, Lux me miró divertida y tomó el arco, guardándolo lo más rápido que pudo.

— ¡Corre! —inició una carrera hasta la caseta principal donde podríamos refugiarnos de la lluvia, la seguí de inmediato, ella parecía divertida a pesar de estar mojándose—eres demasiado lento—grito un par de pasos más adelante que yo, entonces me apresuré para alcanzarla y cuando lo hice la levanté del suelo cargándola sobre mi hombro, lo que la tomó por sorpresa.

— ¡Lucas! bájame—comenzó a gritar mientras se removía y pataleaba, yo disfrutaba verla indefensa.

— ¿Quién es el lento ahora? —no tuvo la oportunidad de contestarme pues al tratar de cruzar un pasaje para llegar a la caseta la cantidad de barro que se había formado fue mortal para mi estabilidad y tan solo segundos después caímos al suelo, tan rápido como pude me puse debajo para evitar que ella se golpeara, cayó sobre mi sin lastimarse pero con el rostro lleno de fango.

—Tú eres el lento, definitivamente—dijo antes de acercarse para darme un beso manchando mi rostro de barro, me parecía que todo era perfecto, a veces creía que estaba viviendo una fantasía, que ella no era real, que despertaría de un sueño para finalmente darme cuenta de que seguía siendo su guardaespaldas y tendría que resignarme a verla desde las sombras pero cuando me decía que me amaba todas mis dudas se despejaban y simplemente justificaba toda mierda que he vivido en la vida. Ella sonrió y me abrazó y sentí que lo tenía todo en la vida.

—Cuando estemos en España debemos encontrar un campo para entrenar—me dijo aun en el suelo, tratando de levantarse pero el fango lo hacía realmente difícil, patinábamos tratando de levantarnos y volvíamos a caernos, la lluvia se hacía más intensa.

—Haremos lo que tú quieras—sonreí tratando de ayudarla a levantarse, lo cual resultó infructuoso, ambos volvimos a caer, la lluvia no cesaba, al contrario era más fuerte, como pudimos nos arrastramos hasta un cobertizo que estaba más cerca que la caseta y logramos refugiarnos. Ella se sentó en un bordecito de madera que se encontraba bajo nuestro improvisado refugio y comenzó a escurrir el agua de su cabello aprovechando para lanzarme un par de gotas al rostro.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora