EXPLOSIÓN

82 19 48
                                    

¿Conocen la expresión la verdad te estalla en la cara? Yo sí que la conozco, es más soy su viva representación. Una explosión por definición es la liberación simultánea, repentina y por lo general, violenta de , cuando veo atrás puedo reconocer cada una de esas características en mi historia y aun así sigo sin entender como no pude darme cuenta. ¿Hubo una liberación?, así fue, la verdad te libera, ¿fue simultánea? No pudo haber pasado sin la combinación de varios elementos al tiempo; las mentiras sistemáticas de mis padres, el deseo de venganza, la lealtad, el sacrificio y las consecuencias de las acciones del pasado, ¿repentina? Por supuesto, todo empezó a arder y yo ni siquiera supe de donde venía el fuego.

Darren (hace 10 años)

Mi teléfono comenzó a sonar y esa fue la señal para que Paula desapareciera de mi vista como si se hubiera esfumado. Camila llamó para decirme que tendría que quedarse más tarde en la oficina de representantes pues aún estaba organizando todo lo referente al cierre del semestre, la representación hacía un día lúdico para celebrar el final del ciclo académico y ella estaba de lleno en eso, le dije que estaba bien, que se tomara su tiempo, yo iría a casa en transporte público y nos veríamos más en la noche pero ella creyó que era mejor idea si yo me llevaba su auto y la recogía cuando ella saliera, eso me pareció razonable, por un lado no me gustaba la idea de que Camila se fuera tan tarde del campus sola y por otro necesitaba el auto para ir a un lugar. Paula sin proponérselo me había dado una idea increíble que con suerte me permitiría al fin saber quién dice la verdad y quién miente, yo buscaría mis propias pruebas.

Llovía muy fuerte esa noche, los vidrios se empañaban rápidamente y el parabrisas estaba colmado de grandes gotas que caían con fuerza casi como si fueran granizo, puse la radio para distraerme pero el ruido de la lluvia impedía que pudiese escuchar algo, conduje cerca de 20 minutos por el camino que conocía de memoria, el camino a mi primer apartamento, a ese donde mi pesadilla había comenzado.

Después de un rato al volante llegue al lugar, recordé todo desde el principio, casi pude ver mi emoción por empezar mi nueva vida, a Lux entrando y decorando cada esquina, cuando me despedí de mi familia, el inicio del semestre y por supuesto los círculos, cartas y amenazas apareciendo, me daba escalofríos recordar cuando entraron al apartamento. El plan era simple, cuando el primer dibujo del círculo apareció en mi puerta le pedí al vigilante del edificio que me diera las grabaciones de seguridad, en ese entonces no me servían de mucho puesto que estaban ubicadas solo en las áreas comunes pero ahora era diferente, ahora sabía a quién buscar y aunque fue un poco difícil convencer al vigilante de que me las entregaran porque ya había pasado mucho tiempo y yo no era ya residente terminó aceptando por amistad, prometió que iba a buscarlas en el archivo y me las enviaría a mi correo, recordaba muy bien la fecha que estaba buscando pues fue mi primer día de universidad y así fue como seguro de que el hombre no iba a fallarme me fui a buscar a Camila al campus.

—Hola cielo—me saludó mi novia subiendo al auto, en realidad se veía cansada.

—Hola linda, luces agotada—le respondí dándole un corto beso.

—Día duro—respondió.

—Vamos a casa, te haré de comer lo que tú quieras—ella sonrió ante la idea.

Llegamos al apartamento y me dispuse a prepararle algo mientras que ella se ponía más cómoda. Decidí hacerle pasta porque realmente le encantaba y era rápido, de esta forma en unos 20 minutos ya me encontraba yendo a su habitación con el plato en una bandeja pero para mi sorpresa cuando me asomé por la puerta la vi profundamente dormida en la cama, ni siquiera la había destendido, estaba tan agotada que solo se extendió encima de la colcha, busqué en el armario una cobija y la arropé para luego ir al escritorio y revisar mis últimas tareas en la computadora.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora