EN EL BOSQUE II

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Sentí como si flotara por unos segundos, León me sujetaba aferrándome a él tanto como era posible, fue una sensación increíble, tenía miedo pero a la vez me sentía libre, estaba a punto de caer pero no tenía miedo porque él me sostenía, a veces mi cuerpo reacciona a él de forma instintiva, todo en nosotros se siente tan natural, estar en sus brazos, sentir su calor, odiaba estar cerca de él porque cada vez que lo veo solo quiero olvidar todo y salir corriendo a sus brazos, lastimosamente no puede ser así, no después de tanto.

Al comenzar a caer, el vacío en mi estómago hizo que gritara tan fuerte como pude, no quise mirar abajo, solo nos dejamos caer. Nuestros cuerpos atravesaron verticalmente el río, la caída fue tan abrupta que bajo el agua nos separamos, el frío era entumecedor, tanto que al principio no pude moverme para intentar salir, levanté la cabeza para de ver que tan profundo estaba, supe que debía darme prisa si quería tener aire suficiente, ya no veía a León por ningún lado así que solo comencé a moverme hacia la superficie.

Tomé una bocanada de aire para llenar mis pulmones con urgencia, pude salir a la superficie pero la corriente del río me arrastraba con fuerza.

—¡Lux! —escuché gritar, era León, lo vi sujetándose a la rama de un arbusto.

—Aquí estoy—respondí, de inmediato se soltó y nadó hasta donde yo estaba, me sujetó con su brazo de la capota de mi sudadera y me empujó hasta la orilla del río donde subí con dificultad para luego tenerme en suelo mirando al cielo.

—¿Estás bien? ¿Estás bien? —León se arrodilló a mí lado y me miraba desesperado porque no le contestaba, no podía normalizar mi agitada respiración.

—Me duele todo—respondí, esos dos tipos me habían dado una verdadera paliza y estaba congelada porque hacía mucho frío y nuestras ropas estaba mojadas.

—Maldita sea, te dispararon—dijo cuando notó que cubría mi brazo tratando de hacerle presión, se acercó y trató de correr mi mano para ver la herida pero yo se lo impedí.

—¡Vamos!, déjame ver Lux—lo miré fijamente a los ojos, tenía esa mirada con la que no podía negarle nada, quité la mano de la herida sintiéndome ridícula por ser tan débil ante su presencia. Él me revisó, tomó un pedazo de su camisa e improvisó un torniquete.

—La bala apenas rozó, estarás bien si logramos que no se te infecte—se quedó observando mi rostro con expresión de preocupación, supe lo que pensaba, se sentía culpable por mis heridas.

—Estoy bien—me levanté del suelo a pesar de que me dolía hasta el alma, quería demostrarle que era más fuerte de lo que él creía, de lo que todos creían—¿Y ahora qué?, ¿crees que nos seguirán?

—Claro que lo harán, por ahora tenemos ventaja, se tardarán un par de horas en bajar, no creo que se atrevan a tomar el atajo como tú y yo—dijo mirando hacia arriba analizando la altura de la que acabábamos de caer, no sé cómo no morimos—hay que usar esa ventaja y llegar al punto de extracción antes de que nos atrapen.

—¿El punto de extracción? —pregunté curiosa.

—Sí, como sabíamos que el enfrentamiento con Camila iba a ser difícil pusimos un punto de encuentro cerca, esperarán hasta mañana a las 8 a.m a todo miembro del Círculo que haya sobrevivido, allí tenemos medicinas y vehículos para huir, tratamos de no dejar a nadie atrás—a veces olvido que El Círculo es tan organizado, se nota que tienen experiencia en este tipo de cosas.

—León, ¿qué le sucedió a mi hermano? ¿Lo viste salir del auto?, ¿ellos lo atraparon? —estaba muy intranquila por dejar a Darren solo.

—No lo sé Lux, estaba disparándole a los tipos que nos seguían por la ventana cuando nos volcamos, salí disparado fuera del auto, perdí el conocimiento, cuando logré despertar escuché que te seguían, fui tras de ti—por eso no lo vi en el auto cuando intentaba sacar a Darren, me pregunto cómo estará Paula, solo espero que hayan logrado huir, sigo molesta con ellos pero no quiero que nada les pase.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora