RULETA RUSA

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León (meses atrás-después del accidente)

Esperé que Withman cumpliera su promesa y llegara antes de que Lux despertara, de otra forma jamás accederá a verla y siento que ella lo necesita, aunque no esté consiente. Por más que quiera no puedo ir a enfrentar a Peterson ahora, pues eso sería dejarla sola en el hospital y jamás haría eso, además debo darle la cara a su hermano, sé que debe querer matarme porque fallé y ahora sus padres se han ido. La sangre se paga con sangre en El Círculo, por lo que tiene el derecho de buscar cobrarse, así que solo puedo esperar la desición de Withman respecto a mi vida.

— ¿Está bien?—escuché una voz, una mano me estaba sacudiendo con fuerza para intentar despertarme, tardé en despabilarme pues me había quedado dormido en la silla al lado de la cama de Lux. Para cuando al fin reaccioné, me di cuenta de que tenía de nuevo al imponente Withman frente a mí, no le había visto en un par de años, pero lucía prácticamente igual, quizá solo más preocupado que de costumbre.

— ¡Withman! ¿Hace cuánto llegó?—me levanté de la silla tratando de recuperar mi compostura.

—Responda mi maldita pregunta—dijo con severidad.

—Si lo está, pero se golpeó muchas veces la cabeza, los médicos están analizando si tiene daño cerebral y dicen que aunque no lo tenga no saben cuándo despertará—giró a verla, la verdad es que lucía fatal, tenía la cabeza rota y la cara hinchada, casi no se le reconocía. Traté de percibir algo a través de su expresión al verla así pero no había en su rostro un ápice del algún sentimiento.

—Quiero un momento con ella, salga de aquí y espéreme afuera, tenemos una conversación pendiente—Withman mantenía un rostro totalmente inexpresivo, entendía que en este negocio demostrar sentimientos era una debilidad pero jamás había conocido a alguien que pudiera despreciar tanto sus emociones como él, me pregunté si después de tantos años se había vuelto muy duro o si mi tiempo con Lux había hecho que yo me volviera muy blando.

Withman estuvo con su hermana al menos una hora, no puedo evitar pensar que si ella supiera que vino a verla se despertaría de inmediato, quería volver a verlo hace años, era todo lo que quería, y ahora que él está frente a ella no lo recordará cuando abra los ojos.

Cuando el jefe salió de la habitación llevaba puestos sus lentes oscuros, giró la cabeza buscándome entre la gente de la sala de espera y al verme hizo una seña para que lo acompañara fuera del hospital. Era hora de rendirle cuentas. Caminamos hacia el estacionamiento donde se hallaba una  camioneta negra especialmente lujosa esperando por nosotros, esta vez no tenía chofer, no me sorprende, siempre es muy reservado cuando resuleve las cosas de Lux. Él subió al asiento de conductor y me pidió que entrara.

— ¿Qué fue lo que pasó? — Preguntó cuando estuvimos juntos en el auto.

— Me tendieron una trampa—respondí tranquilo, aunque sabía que él podría matarme, hace rato ya que le había perdido el miedo a la muerte—esta mañana organizaba todo para el traslado como siempre, cuando me llegó un mensaje que indicaba que debía llamarle, al hacerlo me contestó Peterson y me dijo...

— ¿Peterson? ¿Qué mensaje? No entiendo nada, yo nunca envié un maldito mensaje y tampoco le daría mi teléfono de emergencias a Peterson—me interrumpió.

—Dijo que había infiltrados en El Círculo y que debía presentarme a la central antes de mediodía, que alguien más se encargaría del traslado. Cuando fui al lugar indicado me emboscaron, entonces me di cuenta de que había sido una trampa para que me alejara de su familia, el hombre que me atacó me dijo que ellos saben de su existencia—yo no tenía muy claro quienes eran "ellos", solo sabía que había alguien que tenía particular interés en afectar la vida de Lux y su familia y esa era la razón por la que me habían enviado como su guardaespaldas.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora