MENTIRAS

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Este capítulo esta dedicado a mi mamá Elizabeth quien me enseñó a ser fuerte.

LUX

Las mentiras son como las cartas en un castillo de naipes, no puedes poner solo una, habrá que poner otra para soportar su peso y luego una encima para que se forme una base y quizá con el tiempo sea necesario unir dos bases para que no se derrumbe hasta que finalmente tengas que construir una torre. Alguna vez leí que un hombre estadounidense hizo una edificación de naipes de 65 pisos que lo hizo acreedor del récord mundial hasta hace algunos años, estoy segura de que la torre de mentiras que mis padres construyeron para mi tenía más de 65 pisos y aunque parecía una obra maestra en la cual cada carta se puso con el más sumo cuidado nunca debieron olvidar que en los castillos de naipes cuando quitas una sola carta se cae toda la construcción.

Ahí estaba yo descubriendo el alcance de las mentiras y el efecto que pueden causar en una persona, sobre todo cuando quien las dice es alguien que amas, ¿se vale mentir por amor?, mentira y amor parecen dos antónimos, pero ¿mentir para mantener el amor?, ¿en la guerra y en el amor todo se vale?, quiero creer de todo corazón que si mis padres mintieron fue porque me amaban aunque no estoy muy segura de que eso tenga sentido.

—Lux Withman.

Una mujer de baja estatura y piel morena salió de la oficina de recursos humanos para indicarme que era mi turno para ser entrevistada. Connie había pasado mi currículo en el hospital, lo cual agradecía mucho pues su recomendación hizo que tan solo un par de días después me llamaran para la entrevista, estaba muy nerviosa pero no podía arruinar esta oportunidad, necesitaba un empleo para continuar con mis propósitos; ser una persona normal con estabilidad en su vida y encontrar a mi hermano.

—Señorita Withman, tome asiento por favor— dijo la mujer que me estaba esperando dentro. — ¿Podría por favor entregarme su currículo?

La pasé la carpeta a la mujer tratando de disimular lo mejor posible que estaba aterrada, ella leyó por un par de minutos mi currículo mientras yo oraba para que esto acabara pronto.

—Aquí dice que se graduó hace un año, pero su experiencia profesional termina en sus prácticas, ¿no ha trabajado usted desde entonces?

—En realidad tome un descanso de la vida profesional, viajé un tiempo con mis padres, pero creo que ya es momento de continuar. —La mujer solo me miró por encima de sus anteojos un segundo y volvió a leer detalladamente, cuando terminó cerró la carpeta y la empujó hacia a mí.

—¿Sabe?, creo que su currículo es muy bueno, se nota que es una persona muy aplicada en sus estudios y su proyecto de grado es impresionante, pero no creo que tenga usted la experiencia para desempeñarse como psicóloga clínica.

Debo admitir que estaba un poco decepcionada, conseguir un empleo recién graduada era una tarea que parecía imposible.

—Entiendo, es un poco difícil adquirir experiencia en un principio— respondí un poco desanimada.

La mujer se quedó mirándome durante unos segundos que parecieron una eternidad y empezó a hacerme un montón de preguntas sobre dónde vivía y con quién, finalmente me dijo que pasara a hacer unas pruebas escritas y que al final ellos me llamarían para comunicarme cualquier decisión, no entendía muy bien para qué continuaba haciendo el proceso cuando ella había insinuado que mi perfil no se ajustaba al empleo, pero aun así decidí terminar las pruebas.

Salí de la oficina de recursos humanos y pasé por la recepción con la esperanza de ver a Connie y agradecerle por su ayuda, no importaba si al final no me seleccionaban para el cargo, ella me había ayudado sin esperar nada a cambio y era más de lo que muchas personas habían hecho por mí. Creo que no era mi día de suerte, pues no logré encontrar a Connie por ningún lado, no me parecía extraño, esa mujer siempre andaba de un lado para el otro en este hospital, trataba de ser la mejor enfermera para cada uno de sus pacientes y eso lo sabía yo de sobra, si no hubiera sido por ella me hubiera muerto de la depresión mientras estuve internada. Estaba a punto de irme del lugar cuando de repente el ambiente se tornó totalmente caótico, una ambulancia llegó cuando estaba cerca de cruzar la puerta y de ella descendió un hombre que tenía muchas heridas en el rostro y la pierna, la camilla con el herido pasó justo frente a mi mientras el personal del hospital recibía a los paramédicos.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora