FUEGO PARTE III

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A @Cipo16 y @AzenethAguirre por ser las mejores lectoras del mundo.

El 75% de las personas que mueren durante un incendio lo hacen por asfixia y no por el fuego o por las quemaduras. La combustión se convierte en una humarada espesa y gris que consume todo el oxígeno del lugar, no te deja ver lo que tienes frente, te confunde para que no sepas hacia dónde correr o dónde está la ayuda, cuál es la salida y cuál el camino a la muerte segura, te ahoga lentamente hasta que poco a poco vas exhalando el último aliento.

El fuego no había logrado alcanzarme directamente, entonces usó su segunda estrategia, lanzó una nube gris sobre mi juicio, consiguió confundirme, desorientarme, se aseguró de que no pudiera conseguir ayuda y se sentó a esperar como poco a poco me ahogaba seguro de que al final me consumiría totalmente pero no contaba con que sería salvado.

Fuego, el maldito fuego venía directo hacía a mí más vivo que nunca para marcarme de por vida, una marca que hasta el día de hoy no he podido borrarme, una marca que tiene nombre propio, traición.

Hace 10 años

Creía que cuando los acosadores desaparecieran mi vida iba a ser como la de cualquier universitario, que iba a estar bien porque podría dedicarme a estudiar lo que me apasionaba, tenía a mi familia, tenía dos muy buenos amigos y una chica hermosa, pero no podía ser tan simple, nunca lo es. Mi carrera estaba consumiendo mi vida, casi no podía dormir ni comer y me preguntaba si realmente había elegido bien, mi familia estaba muy lejos y casi no podía comunicarme con ellos pues la señal telefónica era casi nula, mi mejor amiga me odia y mi mejor amigo está metido problemas y para completar la chica que quiero me aleja de ella y no sé ni por qué. Las cosas eran una mierda, tenía que intentar arreglarlo y sabía muy bien por dónde empezar.

Estaba en mi apartamento esperando a Garza para nuestra reunión, él sabía perfectamente que Paula no estaría pues a esa hora estaba con su grupo de ballet y tardaría lo suficiente para que yo averiguara en qué demonios se metió. Empezaba a impacientarme, él simplemente no aparecía, no podía dejarme plantado, él no haría algo así, no el Esteban que yo conocía pero ahora parecía tan distinto, nadie puede cambiar en tan poco tiempo, pensaba para darme moral, yo simplemente no podía desconfiar de mi amigo. Lealtad e incondicionalidad, lealtad e incondicionalidad eso me ofreció él y yo pienso devolverlo, sea lo que sea lo ayudaré a salir, me quedaré a su lado así como él se quedó.

La puerta del apartamento se cerró de golpe permitiendo que una corriente de aire frío se colara en la habitación. Esteban entró con un rostro de resignación y su expresión me pareció como la de alguien que va al pelotón de fusilamiento pero más allá de la impresión inicial podía notar mucha preocupación, dejé de intentar descifrar su cara y me planté frente a él con dos cervezas que previamente había sacado del refrigerador, me senté en la barra de la cocina y espere para que él se sentara a mi lado.

—Empezaba a creer que no vendría.

El silencio fue mi respuesta, Garza se había sentado en el taburete junto a mí sin pronunciar una sola palabra, yo observaba minuciosamente sus movimientos; destapó la cerveza, dio un sorbo y miró fijamente hacia la pared donde había una fotografía de los tres el día que acabamos los exámenes del primer corte, de repente esbozó una sonrisa.

—Bebimos como locos ese día—dijo al fin con un tono de amargura sin apartar la vista la foto— todo fue su culpa por apostar conmigo al que tomara más cervezas.

Reí recordando ese día, Paula quería celebrar porque los tres habíamos sido los únicos en aprobar el examen de introducción con el temible Medina y nos llevó a un bar donde se puso a cantar como loca mientras Garza y yo competíamos con las cervezas.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora