VENENO I

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A todos los que sueñan.

Tuve un sueño la noche antes de que el fuego explotara, un escorpión me mordía en la mano derecha, era un animal pequeño pero después de picarme iba haciéndose más y más grande, yo solo lo observaba con terror mientras que sus tenazas amenazaban con atacarme de nuevo, entonces en un acto espontaneo o por instinto de supervivencia tuve el valor de aplastarlo antes de que me superara. Cuando me deshice de él pensé que ya lo peor había pasado pero luego me percaté de que había dejado su veneno en mí y mi mano comenzaba a verse repugnante. Hay personas que pasan por la vida de otras solo dejando veneno.

Creía que todo el mundo era confiable, que las malas personas era una minoría y que cruzarse con una de ellas era una probabilidad bastante baja, ahora me doy cuenta de que hay muchos lobos vestidos de ovejas.

Darren (hace 10 años)

— ¿Dónde carajos estás Paula?

—Gracias a Dios Darren, ¿estás bien?

—Respóndeme la maldita pregunta, ¿dónde estás?

— ¡Ey!, ¿Qué te pasa? ¿Por qué me hablas así? Estaba preocupada por ti, dijiste que llegarías al apartamento y pasaron horas y no sabía nada, no contestabas mis llamadas así que decidimos ir a buscarte al campus.

—Así que estás en el campus, que conveniente.

— ¿De qué mierda hablas?, claro que vinimos a buscarte, Garza y yo estábamos buscándote.

—Hablo de que estoy en el apartamento y el vigilante me asegura que no has estado aquí desde esta mañana, ¿por qué me dijiste que estabas aquí? ¿Por qué tenías tanta urgencia de saber dónde estaba?

La rabia se estaba apoderando de mí, ya estaba harto de descubrir las mentiras de mis supuestos mejores amigos, todo era demasiado extraño, yo no tenía una idea de en quién confiar, yo no sabía quién mentía y quién no pero las evidencias estaba en contra de mis amigos, tal vez Camila no estaba tan equivocada, tal vez yo debía replantearme quién estaba conmigo y quién era leal e incondicional. Primero Garza ocultándome toda la mierda del clan y ahora Paula comportándose extraño y diciéndome mentiras, odio las putas mentiras.

— ¿Cómo que por qué quería saber dónde estabas? Darren quedamos en hablar de todo, obvio que estuve en el apartamento, estuve allí toda la tarde con Esteban, tal vez el vigilante no me vio.

—Sí, que casualidad que justo no te haya visto entrar ni salir, igual que la coincidencia de que justo después de decirte donde estaba me atacan un par de matones.

— ¿Qué?, Darren ¿qué te pasó? No entiendo nada ¿estás bien? —respondió fingiendo sorpresa y eso me asqueo.

—No finjas sorpresa Paula Rodríguez.

Ella guardó silencio por un par de segundos como si no supiera que decir, tal vez no se esperaba que yo la descubriera.

—Ya dilo de una vez, ¿exactamente de qué mierda me estás acusando? —Resopló— no puedo creerlo Withman, eres un idiota.

—Si en eso tienes razón, al parecer soy un maldito idiota por confiar en alguien como tú—.Eso último sabía que iba a lastimarla y no debo mentir lo hice con toda la intención.

Al fondo escuchaba la respiración agitada de Garza, no sabía bien lo que estaba pasando al otro lado del teléfono, después de una breve discusión le arrebató el teléfono a Paula.

—Withman, ¿qué mierda le pasa?, vuelva a hablarle así a Paula y le voy a romper la cara idiota. Nosotros como unos imbéciles dizque preocupados por usted, vinimos a buscarlo en mitad de la noche y lloviendo para que ahora usted ande culpándonos de quien sabe que mierda.

Bala PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora