01: 𝐡𝐞 𝐢𝐬 𝐚𝐥𝐢𝐯𝐞

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RESUMEN: Eddie ha muerto a causa de las heridas de los demobats. Ruth, su novia, presencia un curioso acontecimiento en los pasillos de la escuela que la hace creer que Eddie está vivo.

ADVERTENCIAS (!): lenguaje malsonante. 



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━━LA PUERTA FRENTE A MI SE ABRE CUANDO la empujo con la palma de mi mano. El pasillo de la secundaria Hawkins estaba repleto por donde se vea, después del receso de primavera y la catástrofe que azotó este pueblo hace dos meses atrás algunas cosas volvían a la normalidad. Raspberry Beret de Prince sonaba en mis auriculares, llenando su voz en cada rincón de mi cerebro al ritmo que caminaba hacia mi taquilla.

Siento miradas quemar mi rostro a medida que me desplazaba a lo largo del pasillo, miro hacia algunas de ellas con una expresión neutra, pero lo suficientemente molesta para que apartaran sus ojos de mi. Tomo más fuerte la correa de la mochila en mi hombro y me acerco a la taquilla, descifrando el código para luego abrirla y buscar algunos libros que tenía guardados en la primera planta.

Abro mi mochila mientras la apoyaba ligeramente en una de mis piernas que estaba con la rodilla apoyada en la taquilla, metiendo los textos necesarios para la clase de la señorita O'Donnel. Los movimientos temblorosos y torpes para poder salir lo más rápido posible de allí hacen que mi brazo roce el collar que colgaba de la puerta del casillero, el cual tenía una uñeta descansando en su parte inferior.

La respiración se atasca en mi garganta cuando las imágenes vuelven a reproducirse como una película en mi cabeza, en donde las escenas me las sé al pie de la letra aunque luchara por olvidarlas. Siento como mi cabeza duele y mis ojos pican, tomando entre mi índice y pulgar la uñeta que Eddie tiró de su cuello antes de su magnífico concierto en el otro lado.

El alma baja a mis pies cuando la siento entre mis dedos, el plástico firme y suave a la vez. La última vez que vi este collar fue antes de entregárselo al señor Munson en el albergue, lo que me hace fruncir el ceño intentando recordar en que momento podría haber llegado aquí, en un lugar donde fácilmente cualquiera podría tener acceso a ella solo golpeando la puerta de metal. La saco desde el pequeño agujero que sirvió de gancho y la meto en mi mochila rápidamente, cerrando el casillero frente a mi y sobresaltándome al ver a Max apoyada en la taquilla de al lado.

Sus ojos azules me miran confundidos, quizás la expresión en mi cara es preocupante. Ella habla, pero no la escucho, lo que provoca que haga un gesto sobre mis auriculares para caer en cuenta que David Bowie se reproducía en ellos. Mis dedos dejan caer los aparatos alrededor de mi cuello y rápidamente el sonido ambiente me hace caer en la realidad.

–¿Estás bien? – me pregunta la pelirroja con preocupación. Su mirada me recorre la cara intentando descifrar algo en ella.

– Sí. ¿Por qué? – respondo con otra pregunta, cerrando la mochila y acomodándola nuevamente en mi espalda.

–Estás pálida y pareciera que viste un fantasma. – contesta con el ceño ligeramente fruncido. Esbozo una risa sin gracia y niego con la cabeza.

–¿No es exactamente como todos están desde lo qué pasó? – respondo irónicamente hacia ella. Max rueda los ojos y se cruza de brazos parándose en ambos pies, con su mirada severa hacia mi.

–No, Ruth, tú sabes a lo que me refiero. – resopla mirando hacia nuestro alrededor asegurándose que nadie se vea demasiado sospechoso para escuchar nuestra conversación, lo que realmente me parece divertido. – Estás mal. Es como si no estuvieras... aquí. – hace el gesto desesperadamente con sus manos. – te necesitamos acá, Ruth. Y sé que es difícil hasta la mierda con lo que estás lidiando, pero acude a nosotros, diablos, acude a mi. – dice en un respiro, lo que provoca que una ligera punzada en el pecho me haga arrugar la cara por el dolor, pero Max no lo nota. – Es lo que él hubiera querido. Eddie jamás hubiera querido que estés lidiando con esto sola.

Cuando finaliza su discurso con esas palabras mi estomago se revuelve en desconcierto cuando lo nombra en su plenitud después de la última vez que lo vi. Desde hace semanas que nadie me decía su nombre en voz alta, por lo tanto el impacto en mi visión de la realidad era tremendo.

Lucho con encontrar las palabras para responderle a Max, y cuando creo que tengo las adecuadas, por encima de su hombro visualizo a parte del grupo de Hellfire, Mike, Dustin, Lucas y Will. Generalmente no me provocaba mayor interés topármelos después la batalla en la que todos estuvimos involucrados... no después de que Eddie murió intentando ganar tiempo para salvarme de Vecna.

Sin embargo, algo en Will me provoca que no le quite la mirada de encima, algo que genera que mire directamente hacia él, sin poder desviar mis ojos de su rostro.

Es en ese preciso momento cuando veo como se aparta del grupo, con una expresión aterrorizada mientras noto que su pecho sube y baja con una respiración desordenada.

– ¿Ruth? – escucho la voz de Max llamarme, pero no puedo salir de esta especie de trance en el que me tiene mi cabeza mirando directamente hacia Will Byers, como si algo o alguien quisiera que analizara cada movimiento de este extraño comportamiento suyo.

¿Por qué los demás no lo notan? me pregunto a mi misma, mirando hacia los otros chicos que seguían discutiendo entre ellos.

Es ahí cuando mi corazón comienza a palpitar fuertemente contra mis costillas cuando veo el siguiente movimiento de su cuerpo. Su mano va directamente a la parte posterior de su cuello.

– ¡Ruth! – exclama Maxine sacudiendo mis hombros. Mi mirada se torna borrosa por un segundo hasta que vuelve a enfocar hacia el mismo escenario de hace un momento, con la diferencia de que ahora el grupo entero de Hellfire hablaba animadamente, incluyendo a Will, sin tener un rastro de lo que mi mente había maquinado para mi desconcierto.

–Lo siento, Max. – me disculpo con la pelirroja ahora enfocándome en ella. – agradezco la preocupación de todos, pero necesito lidiar con esto sola. – respondo finalmente, ajustando la correa en mi hombro, para después dar la vuelta y dirigirme hacia el salón número 5.

¿Que diablos había sido eso?

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𝐑𝐎𝐂𝐊𝐒𝐓𝐀𝐑, 𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 | 𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐦𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧 & 𝐣𝐨𝐞 𝐪.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora