𝐑𝐎𝐂𝐊𝐒𝐓𝐀𝐑, 𝐨𝐧𝐞 𝐬𝐡𝐨𝐭𝐬 | 𝐞𝐝𝐝𝐢𝐞 𝐦𝐮𝐧𝐬𝐨𝐧 & 𝐣𝐨𝐞 𝐪.

37: 𝐥𝐨𝐯𝐞 𝐚𝐭 𝐟𝐢𝐫𝐬𝐭 𝐬𝐢𝐠𝐡𝐭

RESUMEN: Eddie y Winnie se enamoraron a primera vista cuando niños.

Winnie ha estado perdidamente enamorada de Eddie Munson desde el séptimo grado.

Para mas precisión, desde el día en que lo vio subir las escaleras del escenario con una de las sonrisas mas bonitas y tímidas que había visto en su vida. Él, con la cabeza rapada, una guitarra colgando desde su cuello y con sus amigos posicionándose en los instrumentos a sus espaldas, habló a través del micrófono con una excentricidad digna de Munson, asegurándole al público que estaban a punto de ser testigos de la presentación más metalera de la historia.

De todas maneras, para un pueblo tan pequeño y conservador como Hawkins, la audiencia en el concurso de talentos escolar se horrorizó por completo al escuchar los primeros acordes de una pesada canción de Black Sabbath, murmurando entre ellos terribles prejuicios sobre el joven líder que rasgaba su guitarra con una habilidad impresionante.

Pero Winnie tenía una genuina e inocente curiosidad por él.

—¡Hola! —, la niña de doce años vestida en sus mallas de ballet irrumpió en su frente. Eddie la observó con repentina sorpresa, abriendo los ojos con una suave confusión.

—H-hola... —, el muchachito saludó tímido, balanceándose en sus talones con algo de nerviosismo.

Ninguna niña antes se le había acercado a hablarle para algo que no fuera burlarse de su cabeza afeitada o reírse de las figuritas en forma de dragones y magos que llevaba en su mochila todos los días. Sin embargo, la sonrisa afectuosa en el rostro de Winnie calentó algo en su corazón.

Para un chico como él, lo único que recibía de las personas —tanto adultos como niños de su edad— a su alrededor eran miradas acusadoras, malos tratos y prejuicios basados en su apellido. Ser un Munson en Hawkins solo significaba una cosa, y esto era ser completamente marginados por el mismo pueblo en el que vivían.

Winnie vio como la sangre calentó las mejillas del muchachito, y su corazón latió más rápido de lo normal; experimentando una sensación desconocida en el centro de su estómago.

¿Cómo podían los adultos decir cosas tan horribles de este niño cuando lucía como un ángel?

—Solo quería decir que me gustó mucho tu presentación. Tú y tus amigos debieron haber ganado, ¡eran mis favoritos! —, ella declaró con una emoción que logró sacarle una sonrisa avergonzada a Eddie.

—Muchas gracias. A-a mi también me gustó mucho la tuya. Eres muy buena haciendo, ya sabes... —, el chico cruzó un tobillo encima del otro e intentó ponerse de puntillas, elevando sus brazos hasta juntar sus manos por encima de su cabeza formando un arco —. Esto —, concluyó sonriendo con torpeza.

Winnie soltó una risita ante su pobre imitación de la posición de ballet que ella incluyó en su presentación, pero no había ningún ápice burlón ni cruel en su tono. Era una genuina carcajada, y Eddie creyó que era el sonido más bonito que había escuchado jamás.