un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: Joseph y Ava han tenido una relación de casi un año. Ahora, a unas semanas del comienzo de la gira de medios para promocionar la nueva entrega del show, Ava descubre unos mensajes terribles en su teléfono.
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Lia Harrington (Ava Williams) en la cuarta temporada de Stranger Things
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un mes después
━━EL BRITÁNICO MIRABA FIJAMENTE SU REFLEJO en el espejo, suspirando pesadamente cada cinco segundos al estar tan inseguro sobre su atuendo para la premier de esta noche. Por primera vez en semanas, su apartamento no estaba sumido en el silencio abrumador que tanto atormentaba a Joe, ahora era interrumpido por el intenso ajetreo del equipo que Netflix envió a su departamento para prepararlo para la alfombra roja.
El mes había pasado tortuosamente lento para Joseph. Después de aquel día en que Ava abandonó el apartamento después de descubrir esos mensajes en su teléfono, no había hora en la que Joe no estuviera sumido en una intensa angustia y remordimiento. Después de los hechos, le exigió a su representante que despidiera a la mujer de su puesto de asistente. Sarah se rehusó al principio, sin entender el desesperado comportamiento de Joe.
No obstante, después de explicarle del error que había cometido al involucrarse con aquella chica que fue su ex-pareja en el pasado, lo comprendió. Por supuesto que primero lo regañó horriblemente, recriminándole cómo pudo haberle hecho eso a Ava, a su Ava de la cual estaba profundamente enamorado. Y, una vez más, Joe no tuvo respuesta ante eso.
La primera semana de su rompimiento, intentó llamarla un par de veces, recibiendo el eterno sonido en su oído mientras esperaba que ella atendiera. Sin embargo, no contestó. Tampoco contestó a los días después, y decidió que era hora de dejarla en paz; todo había ocurrido muy reciente y Joe entendió que no quisiera verlo ni escucharlo.
La semana siguiente, la soledad se lo estaba carcomiendo, pero una repentina visita hizo que su sangre hirviera en cólera. Emma se había presentado en su departamento, con las orejas echando humo en busca de explicaciones de su parte.
—Me importa un carajo lo del despido, Joe. De todas formas, solo apliqué al puesto para volver a verte. ¡Joder, estábamos recuperando lo que perdimos! —, la rubia chilló hacia él con desespero —. ¡Estábamos volviendo a ser los mismos de Londres, Joseph! ¿Acaso no admitirás que no ibas a resistirte a recuperarme? —. Ella espetó agresivamente hacia el británico.
—¿Lo que perdimos? —, Joe repite incrédulamente, entrecerrando los ojos hacia ella —. Tú fuiste la única que mandó a la basura nuestra maldita relación por una asquerosa follada con uno de mis mejores amigos —. Él musitó con furia, sintiendo que su corazón pinchaba al recordar todo lo que sufrió en su adolescencia —. No estábamos recuperando una mierda, Emma. Jamás pretendí volver a ti.
