un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
después de casi dos años de haber escrito una de las mini-historias mas tristes de este libro, he decidido sacar a la luz este borrador que tenía guardado hace mucho tiempo; para quienes aman los finales felices como yo.
enjoy <3
parte alternativa
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— Hey, Cassie. ¿Quieres ir a ver vestidos después de la escuela? Necesito la ayuda de tu ojo crítico para encontrar el atuendo perfecto para el viernes. — Robin llega diciendo al costado de la muchacha, apoyándose en el casillero contiguo observando a su amiga. La aludida cierra la puerta del locker, revelando a la pelicorta mirándola con ojitos de cachorro.
Cassie alza una ceja, una sonrisa juguetona asomándose en sus labios mientras apreta los libros contra su pecho.
— ¿No que odiabas todo lo que conllevaba tul, brillos y lentejuelas? —, ella la molesta, caminando a la par que Robin.
— ¡No llevaré una mierda pomposa, Cassie! —, Robin chilla y la detiene a medio pasillo con pánico, como si aquello fuera a desequilibrar la gravedad de la habitación en algún momento. Cassie ahoga una risa, apretando los labios. — E-es solo que... Vicky me dijo que moría por ver que llevaría puesto el día del baile ¡y-y-y yo no he planeado en absolutamente nada! ¡ni siquiera creí que a ella le gustaría ir! —, vuelve a chillar, perdiendo los estribos y convirtiéndose en absolutamente en esa Robin ansiosa y dramática otra vez.
La castaña asiente con la cabeza, tratando de tranquilizarla, desliza el libro por debajo de su axila para tomar a Robin desde los hombros y darle una pequeña sacudida para traerla de vuelta al mundo real.
—Robs, cálmate —. Cassie le exige suavemente, pero el rostro afligido de la muchacha sigue sin desaparecer. — No es algo tan grave. Por supuesto que iré contigo después de clases y encontraremos el vestido menos pomposo y brilloso para ti. — le asegura, sonriéndole dulcemente y su pecho se hincha al ver que le contagió el gesto a su amiga.
— Gracias, Cassie. Sabes como me incomoda ese tipo de ropa, ¿Recuerdas cuando Nancy me metió en una de sus ridiculas medias y faldas con una blusa horriblemente sofocante con la que no podía respirar? —, Robin comenta, mientras caminaban por el pasillo de la secundaria. Cassie asiente, dejando caer una pequeña risa al recordar el momento. — Eso, definitivamente no puede volver a pasar. Hice el ridículo, Cassie.
— Lo sé, Robin. Te aseguro que no volverá a ocurrir. — ella dice con seguridad. — ¿Por qué no llamas a Steve para que nos recoja luego y nos lleve al centro comercial? No creo que a Eddie le agrade la idea de acompañarnos a probarnos vestidos por horas sentado en un horrible sofá.
— ¿Y crees que a Steve sí? —, Robin pregunta graciosamente.
Cass frunce la boca, encogiéndose de hombros. — No ha mostrado mucho entusiasmo desde que le comenté lo del baile de primavera.
