un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: El silencioso viaje hacia el remolque de Eddie se vio interrumpido por la inmensa necesidad de ambos al no haberse visto durante todo el día.
(!) smut +18
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━━FUE UN BUEN ENTRENAMIENTO JULIETTE, NOS VEMOS MAÑANA —. Una de las chicas del equipo saluda con su mano hacia Juliet, quien le da una sonrisa cansada y se despide con el mismo gesto, volviendo a su movimiento en el bolso donde hurgaba en sus cosas personales. Una vez que encuentra una banda para recoger su cabello en una coleta improvisada, lleva la correa de su bolsa al hombro y camina casi arrastrando los pies fuera del gimnasio.
Realmente había sido un entrenamiento intenso para el equipo de animadoras hoy, se acercaba la final del campeonato de baloncesto donde los Tigres de Hawkins se enfrentarían a su último partido donde ansiaban el título que no conseguían desde hace años.
Para Juliet no tenía mayor trascendencia, si era honesta. Era parte de las animadoras por el simple hecho de que a su madre le hacía ilusión que una de sus hijas si se dedicara a algo... femenino, y no estar metida entre papeles y periódicos como lo hacía su hermana mayor Nancy.
La verdad eso a Juliet le parecía una basura. Ella pensaba que su hermana era una mujer maravillosa y con el suficiente coraje de poder soportar a ese montón de hombres reunirse diariamente a darle miradas déspotas y comentarios misóginos, disminuyendo su persona por el simple hecho de ser del género femenino. Juliet admiraba la valentía de Nance al aguantar los efectos de una sociedad patriarcal y machista, solo por el amor que le tenía al periodismo. Eso era ser una gran mujer.
La brisa fría de otoño golpeó el rostro de Julie una vez que abandonó el establecimiento, provocando que cerrara el cierre de su sudadera y caminara con un poco de rapidez hasta el estacionamiento ansiosa de poder finalmente ir a casa.
Cuando llega hacia el perímetro del aparcamiento, puede notar al muchacho de cabello largo apoyado en el capó de su furgoneta, llevándose un cigarrillo a los labios para darle unas caladas mientras botaba el humo por los orificios de su nariz. Juliet siente que se marea al ver la imagen frente a ella, algo en él hoy estaba mas apuesto que de costumbre y eso le seca la boca.
Probablemente sean todas las horas en las que estuvieron separados el día de hoy, entre clases y su entrenamiento no pudieron toparse ni siquiera en los pasillos de la escuela. Ambos se extrañaban mutuamente cuando aquello ocurría, pero hoy, especialmente, Juliet lo extrañó de una manera sobrenatural.
Eddie siente la presencia de Julie a la distancia —quien la espera cada día para llevarla a casa, aunque eso signifique quedarse horas fuera del gimnasio por su entrenamiento—, por lo que sube la mirada y la recorre de pies a cabeza, apreciando como el uniforme de porrista se acentuaba en su pequeño cuerpo. Antes de conocerla detestaba lo que ese atuendo significaba en la pirámide social escolar, ya que chicos marginados como él eran víctimas del acoso de ese grupo al que consideraban como populares: porristas y jugadores de baloncesto.
