un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: Despertar durante las mañanas con Eddie durmiendo a su lado la hace reflexionar sobre su nuevo concepto del amor.
ADVERTENCIAS (!): mención sobre traumas parentales.
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━━SU ROSTRO LLENO DE SERENIDADME CALMABA. La forma en que sus ojos se movían bajo sus párpados con urgencia, o como su nariz se arrugaba de pronto y daba suaves resoplidos en la tela de la almohada. Todo lo que hacía, incluso de manera inconsciente, me cautivaba completamente.
La luz del amanecer se filtra de a poco a través de las humildes persianas que adornaban las pequeñas ventanas del remolque, impidiéndome volver a retomar el sueño otra vez. De todas formas, la imagen frente a mi era reconfortante.
Los brazos de Eddie estaban fuertemente encajados en mi cintura, pero no lo suficiente para evitar que me moviera. Era un gesto muy suyo que al momento de dormir siempre quisiera que estuviéramos lo más humanamente juntos posible, cosa que provocaba que mi corazón se derritiera cada vez. Su rostro estaba tan solo a unos milímetros del mío, descansando su cabeza en la almohada que estábamos compartiendo.
Trazo delicadamente cada línea de su rostro. Las inminentes arrugas en su frente que se escondían bajo su flequillo, su nariz, el contorno de sus labios, las pestañas rozando su piel, todo estaba correctamente en su lugar permitiéndome apreciar la belleza en el.
No puedo describir la plenitud y la tranquilidad que me provoca estar entre sus brazos. El hecho de sentirme segura junto a él, a cada minuto del día. Su corazón había conquistado el mío de la manera más inaudita y difícil que pude haber imaginado jamás, y ahora, en este preciso momento, no podía imaginarlo fuera de mi vida.
Despejo su rostro de uno de sus mechones rebeldes que se había situado cerca de su ojo, el que provocó que arrugara la cara y poco a poco comenzara a moverse incómodo. Ahogo una risa ante sus gestos tan adorables, parecía un niño inquieto al dormir.
Veo como sus párpados revelan ese par de aureolas marrones que me robaban el aliento, a la vez que una de sus manos abandona la piel de mi cintura para refregarse los ojos para comenzar a despertar. Cuando me ve atenta a sus acciones, escapa una sonrisa perezosa.
– Hola, tú. – saluda con voz ronca debido a su sueño. Mis manos acarician su brazo desnudo, donde la piel era suave y adornada de tatuajes a lo largo de ella. Le doy una pequeña sonrisa y beso la punta de su nariz. – ¿Estas despierta hace mucho? – pregunta volviendo a enredar su brazo en mi cintura y sus piernas entrelazándolas con las mías.
– Mhmh – mascullo en aprobación, sin dejar de observar sus ojos brillantes. Una sonrisa se forma en su cara por mi expresión.
