un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: La comunicación de sus sentimientos jamás ha sido el fuerte de Ellie. Sin embargo, está dispuesta a dar el primer paso a su manera.
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«say my name and everything just stops,
i don't want you like a best friend,
only brought this dress so you could
take it off»
━━EL AROMA A CAFÉ RECIÉN HECHO Y LA BOTELLA DE MIEL DE MAPLE derramada en la encimera inundó el ambiente en la cocina de la suite. El británico se asomó por el corredor, levantándose con una suave sonrisa somnolienta en el rostro al reconocer el olor del típico desayuno que la perriloja le preparaba cada vez que tenía la oportunidad.
Últimamente, Joe era una persona con una agenda muy apretada, pero cuando tenía un pequeño tiempo de descanso, sabía perfectamente con quien disfrutarlo. En sus días libres, ocuparía su tiempo en ir hasta la casa de su mejor amiga para relajarse. Ordenarían comida chatarra a través de un pedido en línea y verían por milésima vez algún episodio al azar de The Office, donde Ellie obligaría a Joe asumir que la adaptación norteamericana era muchísimo mejor que la británica; abriendo una discusión que, para dos personas tan tercas como ellos, no tendría fin.
El inglés jamás permitiría que la muchacha tuviera la razón, a pesar de que ella notara la forma en que sus carcajadas son profundas y contagiosas cada vez que Michael Scott decía algo desafortunado hacia la cámara. Luego, charlarían de cosas banales hasta quedar profundamente dormidos al lado del otro.
A Ellie le gustaba observarlo cuando su respiración era lenta y sus párpados ocultaban sus dulces ojos. Le recordaba lo duro que Joe había estado trabajando el último tiempo, así que verlo en un estado de completa serenidad le transmitía un suave calor en el centro de su corazón que la hacía sonreír inconscientemente, para también encontrarse a si misma queriendo trazar las pequeñas arrugas en las esquinas de sus ojos, o teniendo la repentina necesidad de acurrucarse entre sus brazos para dormir.
El contacto físico y los apodos cariñosos entre ambos era algo natural, y todos a su alrededor estaban conscientes de ello.
Su círculo más cercano aún no comprendía como es que ni Joe ni Ellie aún no confesaban sus sentimientos el uno por el otro. Al parecer, todos eran conscientes de esa conexión electrizante entre ambos, y que los involucrados aún no se atrevían a admitir por el intenso miedo al rechazo.
—¡Buenos díaaas! —, Ellie canturreó hacia el británico, con una de sus manos rodeando el mango de el sartén y sacudiéndolo juguetonamente como un bobo saludo —. Creí que te sentirías un poco más en casa si te preparaba tortitas con miel de maple —, ella agregó con una pequeña sonrisita.
