un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: Eddie y Phoebe están listos para afrontar las consecuencias del embarazo adolescente.
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━━¿QUE TU QUÉ? ━━, HAROLD BUCKLEY ENTONÓ con ojos abiertos y con una perfecta expresión de horror en su semblante hacia los adolescentes en el sofá. Phoebe tragó saliva mirando a su padre, quien recorría su cara y la de Eddie de hito en hito, mientras que Robin observaba la situación desde un poco más lejos.
Eddie siempre ha tenido una buena relación con su suegro. Ambos tenían gustos musicales parecidos, y eso es lo que hacía al señor Buckley distinto a todos los demás adultos que conocía. Sin embargo, no tentaría su suerte, un padre que acaba de descubrir que su hija esta embarazada a los dieciocho años y, para rematar, de su novio metalero que está a punto de reprobar el último curso otra vez... es algo que a Munson lo hace temer por su integridad física.
De hecho, cree recordar que Phoebe una vez le contó que su padre tenía conocimientos con armas, y que tenía una escopeta en el porche solo por precaución. Al ser padre de dos mujeres, tenía que resguardar la seguridad de sus hijas.
Eddie dio un pequeño vistazo hacia la tenue luz del garaje que se filtraba por una de las ventanas del comedor, y realmente quiso orinarse en sus pantalones.
—Jesús. ¿Qué es lo qué ocurre con ustedes? —, el hombre mayor se frotó la cara con las manos, dejando escapar un gruñido de frustración —. Están a punto de graduarse, ¡Un mes les quedaba para ser libres, disfrutar su juventud e ir a la universidad! ¡Un mes! —, exclamó otra vez, incapaz de controlar la decepción que sentía por su hija y por Eddie. La rubia dejó escapar pequeñas lágrimas saladas, las cuales secó rápidamente de su mejilla.
Su corazón dolía, pero la mano de Eddie se posicionó en su rodilla dándole un ligero apretón, haciéndole saber que estaba ahí para ella. Estaban juntos, esto solo sería el primer paso de muchos que darían a lo largo de esta nueva etapa.
—Lo sabemos, señor Buckley. Somos los únicos culpables de este descuido —. Eddie espetó hacia Harold, quien estaba de pie frente a ellos con las manos en las caderas. El pelilargo apretó los labios al notar que su novia se atreve a mirar por primera vez a su padre a los ojos.
Sabe que lo que le destroza el corazón es haber mandado todas las expectativas de su progenitor a la basura.
—Por supuesto que es su culpa. ¿De quién mas va a ser? —, ironizó.
—Lo lamento, pa —, Phoebe siseó con voz pequeña y rota, y el pecho de su padre se magulló al apreciar los ojos azulinos de su hija llenos de lágrimas. Tenía la misma mirada dulce de su madre, y desearía que Marjorie estuviera aquí junto a él. Pero, de alguna forma, ella se sentía en esa pequeña sala, observando la situación de donde sea que ella esté.
