un lugar en donde podrás echar a volar tu imaginación;
junto a eddie munson,
o joseph quinn 🎲
- no acepto la copia ni la traducción de ninguna de las historias publicadas en este libro.
🏅#144 en 𝘴𝘵𝘳𝘢𝘯𝘨𝘦𝘳𝘵𝘩𝘪𝘯𝘨𝘴
🏅#110 en 𝘦𝘥𝘥𝘪𝘦𝘮�...
RESUMEN: Lizzie ha estado evadiendo a Eddie para mantenerlo a salvo de los acontecimientos del Upside Down, sin embargo, él insiste en descubrir la razón de su lejanía.
parte final
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━━EL PLAN SE HABÍA DESVIADO DE SU DESTINO original. El grupo decidió hacer una primera parada en la casa de Tom, el director del Hawkins Post y padre de Heather, la salvavidas desaparecida que asumían una desollada al igual que Billy. No le tomó más de cinco minutos al mayor de los Byers para llegar hasta el domicilio, aparcando el automóvil a una orilla de la calle mientras todo trepaban rápidamente fuera del vehículo.
Sin embargo, Eddie y Liz estaban teniendo una intensa conversación que poco a poco escalaba a una discusión frente al escrutinio del grupo de niños y los adolescentes mayores. Nancy negó con la cabeza al ver como las manos del pelilargo se agitaban en el aire con frustración, mientras que Jonathan le ordenaba a los menores en ocupar su atención en otra cosa que no sea cotillear sobre la leve pelea entre su amigo y su cuñada.
Munson parecía perder la cabeza ante todo lo que su novia estaba contándole, precisamente por las partes en las que ella estuvo en un peligro terrible y prácticamente pudo haber muerto un montón de veces. Sus manos anilladas frotaron su rostro tenso, sin poder creer que jamás tuvo la decencia de compartir esa delicada información con él.
—Esto es jodidamente increíble —, masculló entre dientes incrédulo —. ¿De verdad creíste que era buena idea ocultarme esto? —, preguntó sarcásticamente, negando con la cabeza —. ¡Cuando las únicas personas que podían protegerte eran unos niños de trece años! —, le reclamó agitando las manos en el aire impotentemente.
Liz rodeó los ojos, a punto de perder la paciencia —. ¡No podías saberlo, Eddie! —, ella susurró con algo de fuerza, sin querer alargar más allá esta discusión frente a los demás —. No podía contarte, y tampoco iba a permitir que estuvieras en riesgo por mi culpa.
Munson respiró una risa nasal sin gracia, entrecerrando los ojos hacia ella —. Oh, claro. Entonces si un día no hubieras regresado a casa, yo no hubiera tenido ni puta idea en dónde buscarte ¿verdad?
Liz se estremeció ante su ironía, desviando su mirada azulina hacia el caliente asfalto bajo sus pies. El pelilargo frente a ella respiraba pesadamente, y se reprendía a si mismo ante su tono duro con Lizzie; no pretendía que ella se sintiera mal por su preocupación, pero es que su cabeza comenzó a dar vueltas en el momento que le reveló el peligro en el que estuvo tantas veces y él no estuvo ahí para protegerla.
—¿Quién más sabe de esto? —, preguntó de repente. Liz suspiró, exhausta emocionalmente de la situación.
—Joyce Byers, el jefe Hopper y Steve —. enumeró subiendo la mirada hacia la de él, leyendo la expresión en su cara. Eddie frunció el ceño con incredulidad ante el nombre que se deslizó de los labios de la castaña al final.
