-Capítulo 33° -Todo bien.

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-Capítulo 33° -Todo bien.



Hoy era sábado. Los sábados salía a correr con Selena. Era algo que habíamos empezado a hacer no hace mucho tiempo. Me puse mi pantalón de chándal y una sudadera pequeña.


-¿Cómo les fue anoche? –Le pregunte mientras calentábamos los músculos.

-Increíble. Niall es el mejor. –Suspiro.

-Estoy muy contenta por ustedes. Hacen una pareja muy linda. –Comenzamos a trotar.

-Gracias. ¿Qué paso con Liam anoche?

-No lo sé. Luego de que ustedes se fueron comencé uno de los trabajos finales de la escuela y me quede dormida. No supe a qué hora llego o si llego.

-¿Por qué habrá ido con ella?

-Ni idea. Dijo que ella tenía un problema. Tal vez después me lo diga. –Fruncí el ceño.


Corrimos durante una hora de regreso a su casa donde ella se quedó y yo volví a casa con los chicos.

Abrí la puerta y aun todo estaba en silencio así que me digne a preparar el desayuno. Revolvía unos cuantos huevos en la sartén. Cuando sentí una mirada en mi espalda. Mire sobre mi hombro. Lo que faltaba.


-Buen día. –Dije fría.

-Buen día. –Contesto. -Lana, sabes, quisiera disculparme por ayer, yo no...

-Está bien, es obvio que era importante. –No lo deje terminar de hablar, ni siquiera quería mirarlo. Seguía concentrada en los huevos.

-Bueno, es que yo... -balbuceo. –Ella es importante para mí. Pasamos casi dos años juntos.

-Lo entiendo, no te estoy pidiendo explicaciones Liam.

-Es que hay más. –Su voz sonaba cautelosa, lo que hacía que mi enojo crecierá.

-¿Más? –Apague la estufa y me recargue en la barra para mirarlo.

-Creo que ella y yo volvimos. –Ok, de todo lo que pudo haber dicho esto sí que me dejo pasmada.

-Ah, supongo que está bien. –Fingí una sonrisa.

-Pero, ¿Qué hay de nosotros? –Se acercó un poco.

-¿Nosotros? –Fruncí el ceño. –Liam, ¿nosotros? No hay un "nosotros".

-¿Qué pasa con todo lo que vivimos juntos?

-Solo salimos, nunca dijiste que seríamos algo más, y ahora tú regresaste con ella. Todo está bien, no te preocupes por mí. –Mi vista se nublo, pero lo oculte con una sonrisa.

-¿En serio? –Se acercó más. Asentí. –No te creo.

-Liam, todo está bien. Sí ella te hace feliz, entonces adelante. No hagas que las cosas parezcan complicadas. Disculpa pero debo darme un baño. –Salí corriendo de ahí.


Eso me había dolido. Pero sabía que no todo podía ser tan bueno. Él la amaba y yo no podía hacer nada. En el corazón no se manda. Ella llego primero que yo.

Bajo las gotas de la regadera me deje caer sobre los azulejos abrazando mis rodillas contra mi pecho y deje mis lágrimas rodar.

No supe cuánto tiempo estuve en mi habitación, no quería ver a nadie. Tenía mis auriculares puestos con música muy fuerte. Música triste. Esto no servía de nada. Estaba haciendo uno de mis trabajos finales. Casi estaba listo. Solo unos toques pero...

The art of loving.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora