-Capítulo 10- Día uno.
Puse el despertador a las 4:30 am, me vestí lo más rápido que pude con un pantalón de chándal y una playera blanca. Baje a la cocina y prepare unos sándwich, tome botellas de agua de la nevera y unas galletas de la alacena, las puse en una hielera. Camine a la puerta principal y en menos de dos minutos Liam bajo.
-Buenos días. -Dijo bostezando.
-Buenos días, ¿podrías prestarme las llaves de tu Jeep? -Extendí mi palma para que me las entregara.
-Claro. -Busco en el tazón donde los chicos ponen las llaves. -Aquí tienes. -Me las entrego.
-Vamos. -Abrí la puerta principal y subimos al Jeep.
Liam durmió durante todo el camino, conduje durante media hora hasta que llegamos a un bosque.
-Liam, despierta. -Lo sacudí un poco del brazo.
-Mmmh... -Gimió negando un poco con la cabeza.
-Vamos campeón, esta es la mejor hora. -Baje del asiento del conductor, camine hacia el lado del copiloto y abrí la puerta. -Liam, estoy hablando en serio.
-Agh, está bien. -Bajo abrazándose así mismo por el frio.- ¿Qué hacemos aquí? -Miro a su alrededor.
-Hoy, mi querido Liam, correremos. Necesitas sacar y transpirar todo lo que llevas dentro, y eso es lo que haremos. -Dije mientras estiraba un poco los músculos.
-Odio hacer ejercicio. -Frunció el ceño.
-Será mejor que empieces a calentar... -Canturree. Liam empezó a estirar un poco los brazos.
-¿Por qué tiene que ser tan temprano? -Se quejó.
-Es la mejor hora del día. -Sonreí. -Vamos.
Corrimos durante dos horas. Durante los primeros quince minutos Liam paraba para respirar, yo me burlaba de él. Me parecía increíble que con el cuerpo que tiene le costara tanto correr unos cuantos kilómetros. Corrimos de vuelta.
-Muero de hambre. -Se dejó caer en el piso junto al Jeep.
-Pensé en esa posibilidad. -Abrí la puerta de atrás del Jeep y saque la hilera. -Toma. -Le tendí una botella de agua.
-¡Gracias a dios! -Abrió la botella y bebió la mitad de un trago.
-Ven acá. -Me senté en un pedazo de tronco y palmee a mi lado. No dudo ni un minuto para sentarse junto a mí. -¿Quieres? -Le mostré un sándwich.
-Que pregunta. -Sonrió y lo tomo. Se lo comió de tres mordidas.
-Wow, sí que tienes hambre. -Dijo mientras masticaba un bocado. -Traje galletas. -Le di un paquete de oreos.
-No puedo creer que me hayas hecho despertar tan temprano, en domingo y correr todo eso. -Rodeo los ojos.
-Y... ¿Cómo te sientes?
-¿Sabes? Mucho mejor, tenías razón. Me hacía falta despejarme de todo.
-Me alegra oír eso. -Di la última mordida a mi sándwich. -Por cierto... el día aun no acaba.
-Por favor no digas que me harás correr de nuevo. -Mordió una galleta e hizo un puchero.
-No, cookie monster. -Logre que riera. -Tenemos que ir a comprar nuevas lámparas para tu habitación, un espejo y luego iremos a cenar.
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The art of loving.
FanfictionMi nombre es Lana Horan-York, tengo 19 años, cabello rubio, estatura... realmente pequeña, ojos azules. Mi historia comienza en un pequeño pueblo al sur de Inglaterra. Cuando mi vida se torna un poco difícil, entre estudiar y trabajar para poder seg...