-Capítulo 25- Cena benéfica. Parte I

510 28 0
                                    

-Capítulo 25- Cena benéfica. Parte I



La semana después de regresar de la cabaña del padre Eleanor, había pasado muy rápido. Empecé a trabajar en la panadería de la mamá de Katherine. Ayer las chicas pasaron por Kathy y por mí a la hora de salida del trabajo, me acompañaron a un salón de belleza, quería un cambio para la cena a la que Liam me invito esta noche. Me hicieron un cambio de imagen, nada radical, cortaron mi cabello y me dejaron un flequillo largo, además me hicieron las puntas tres tonos más claro al mío.

Los chicos quedaron con la boca abierta cuando me vieron, la verdad es que no entendía porque si el cambio no había sido tan drástico, quizá me veía algo diferente con el flequillo, mi cabello ya era de por si rubio, solo me aclararon las puntas. Lo que me dio gusto fue que Liam allá dicho lo siguiente:


"Seré la envidia de los hombres en la cena. Te ves espectacular, pensé que no podías verte más hermosa, pero veo que me cerraste la boca. Estas guapísima."


Bueno debía agradecerles a las chicas y a Stephan, el chico que me atendió. Ellos me habían convencido de esto. Yo solo quería cortarme un poco las puntas. Al salir del salón fuimos a buscar un vestido, Maia y Perrie hicieron que me probara un millón de ellos. Perrie peleaba porque me llevara uno turquesa y Maia porque llevara uno violeta.

Pero ninguno de los dos vestidos me hacía sentir, esa sensación que tienes cuando sabes que es el correcto. Hasta que llegamos a otra tienda, entonces ambas estuvieron de acuerdo en que llevara el vestido rojo.

Eleanor y Katherine ayudaron a escoger las zapatillas y los accesorios.


(...)


-Lana, date prisa o se hará tarde. –Grito Perrie. Me estaba duchando, ellas me ayudarían con el maquillaje y el peinado.

-Ya voy, ya salí. Tranquilas. –Abrí la puerta del baño con una bata puesta y una toalla en el cabello.

-Tenemos dos horas para arreglarte, esperemos que terminemos a tiempo. –Dijo Eleanor.

-Tenemos tiempo de sobra. –Trate de tranquilizarla, pero fue en vano.

-Siéntate, tenemos que empezar. –Kathy me tomo de los hombros y me sentó en la silla de mi tocador.


Solo podía ver como se movían de un lado para otro buscando maquillajes y algunas horquillas para sujetar mi cabello. Perrie, como siempre, se encargaba de mi maquillaje, Eleanor y Kathy de mi cabello. Maia solo las mandaba, estaba acostada comiendo pandas de gomita.


-Faltan treinta minutos, ve a ponerte el vestido. –dijo Maia sacando el vestido del armario.

-Te esperamos abajo. –Kathy abrió la puerta de la habitación y las cuatro salieron.


Me quite la bata y me puse el vestido. Por última vez me mire en el espejo, no parecía yo, nunca había usado un vestido así. Era un vestido rojo hasta el piso con algunos detalles en dorado sobre el torso y suelto de la cintura para abajo, Perrie maquillo mis ojos en tonos dorados y un delineado largo y negro con labios rojos. Ele había dado la idea del peinado, hacer una trenza y envolverla en un moño flojo con algunos mechones sueltos. Con un poco de nerviosismo salí de la habitación caminando directo hacia las escaleras, las voces de los demás se escuchaban al pie de la escalera. Con una mano levantando un poco el vestido para no tropezarme y con la otra tomaba mi cartera. Llegue al descanso de las escaleras y todos se giraron para verme.

The art of loving.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora