-Capítulo 30. -Nuevo trabajo.

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-Capítulo 30. –Nuevo trabajo.



La cita con el papá de Liam seria a las 8 a.m. Quería verme bien y presentable, iríamos a desayunar los tres juntos.

Tome una ducha relajante escuchando algunas canciones de mi iPod. Seguí canturreando mientras me vestía lo más formal posible. Baje las escaleras para encontrarme con Liam en la puerta. Como siempre, se veía guapísimo. Vestido con un pantalón de vestir y una camisa de lino color negra con varios botones abiertos dejando ver algo de su pecho.


-Buen día. –Me saludo besando suavemente mi mejilla.

-Hola, te ves... muy bien. –Me abrazaba por la cintura, me sentía protegida.

-Y tu ¿a quién tratas de impresionar?

-Es obvio que a tu padre. –Bufe divertida.

-A mi padre lo tienes comiendo de la palma de tu mano, así que no necesitas hacer gran esfuerzo. –Hablo poniéndose un saco.

-Me alegra saber que le agrado a tu familia, tu madre y tus hermanas son muy lindas. Y tu padre, ni se diga.

-No hables así de mi padre, me pones celoso. –Frunció el entrecejo.

-Ya hablamos de eso. No me hagas comenzar de nuevo. –Me cruce de brazos.

-Está bien, me calmo. Nos vamos, mi padre dijo que nos esperaba para desayunar juntos.

-Vamos. –Tomo mi mano para salir de la casa.


(...)


-Lana, querida que bueno verte de nuevo. –Beso el dorso de mí mano. –Hola hijo. –Abrazo a Liam.

-Papá. –Hizo un ligero asentimiento.

-Sr. Payne, lo mismo digo. Todo un placer volver a verlo.

-Por favor tomen asiento, y Lana no me digas señor, me hace sentir viejo. Dime Geoff.

-De acuerdo, Geoff. –Sonreí.

Una chica nos dejó los menús para que pudiéramos elegir que desayunaríamos.

-Bueno –comenzó a decir Geoff. –La razón por la que estamos aquí es más que obvia, así que supongo que sería mejor ir directo al grano para disfrutar el resto de nuestro desayuno. ¿Están de acuerdo? –Ambos asentimos. –Ok, esto es fácil, Lana tu trabajo solo consistiría en enseñar a los niños a dibujar, pintar, que se yo, también me gustaría que trabajaras aportando ideas a la empresa para restauraciones, el horario se ajustaría perfecto a tu escuela. Sería por las tardes. ¿Te parece?

-Claro que sí, me encantan los niños, estoy segura que nos llevaremos bien. –Sonreí emocionada.

-Me gusta tu actitud, solo tienes que firmar el contrato. –Puso una carpeta con el "contrato" frente a mí. –Son cosas legales, además de que viene aquí –señalo una cantidad. –Tu sueldo quincenal.

-¿Qué? –Abrí los ojos como platos. La cantidad era alta. –No puedo aceptar el dinero, lo hago por una buena causa.

-Pues esta causa quiere compensarte. –Mire a Liam quién solo sonreía mirándome detenidamente.

-E-es que... yo no puedo aceptar esto. –Me tendió un bolígrafo.

-Lana, solo firma, claro primero lee el contrato. Pero por favor acepta. –Me pido Geoff.

-No necesito leerlo, confió en ustedes. Pero la cantidad es mucho, creo que sería mejor que si me pagan, sea esta cantidad mensual no quincenal. –Mire a ambos.

-Lo siento ya no hay modificaciones en esa parte del contrato. Si quieres puedes preguntárselo a Louis, él se encargó de eso. –Dijo Liam de lo más tranquilo.

-Recuérdame que cuando llegue a casa le de unos golpes a Louis. –Geoff río y algunas arrugas aparecieron alrededor de sus ojos.

-Te necesitamos Lana por favor di que sí. –Tomo mi mano entre las de él. Y me miro justo de la misma manera en que lo hacía mi padre para convencerme.

-Está bien. –Suspire tome el bolígrafo y firme.

-¿Listos para ordenar? –Dijo la mesera parada a un lado de Geoff.

-Yo quiero café, zumo de naranja y unas tortitas con beicon. ¿Ustedes que quieren muchachos?

-Café, beicon y huevos revueltos. –Dijo Liam. -¿Tu qué quieres linda?

-Lo mismo. Y magdalenas. –La mesera anoto nuestra orden y se fue. -¿Cuándo empiezo?

-El lunes. Liam te llevara a conocer el orfanato.

-Me parece bien.


El resto del desayuno el padre de Liam se la paso bromeando con nosotros. Él era muy simpático y muy tierno, definitivamente me recordaba a mi papá.


-¿Tus padres están de acuerdo con que trabajes? –Me pregunto. Entonces la sonrisa que tenía en el rostro fue cayendo.

-Papá, los padres de Lana.... –Puse mi mano sobre la de Liam.

-Está bien, yo puedo decirlo.

-¿Segura? –Asentí. Geoff nos miraba esperando a que dijéramos algo.

-Mis padres tuvieron un accidente de auto y ellos... -Baje la mirada tomando algo de aire y valor. –Ellos, murieron.

-Cielo, lo siento tanto. No quería recordártelo. –Puso su mano sobre las de nosotros.

-Está bien, usted no lo sabía.


(...)


-A ti te estaba esperando. –Dije con los brazos cruzados y golpeando mi pie contra la madera del piso.

-¿Qué hice? –Levanto ambas manos en forma de defensa, me acerque peligrosamente a él.

-¿Por qué no me lo consultaste?

-¿De qué hablas? –Frunció el ceño.

-¡Del contrato! De que más. –Liam apareció divertido en el lumbral de la sala.

-¿Acaso tenía que hacerlo? –Frunció el ceño.

-Sí, la cantidad que está en ese contrato es demasiado.

-Lo siento, pero en la universidad nunca me dijeron que tenía que consultar el contrato con la persona que lo firmaría. Geoff me dio claras indicaciones del contrato. –Sonrió de oreja a oreja quitándose el abrigo y dejándolo en el perchero.

-¿Pero... es que... porque? –Tartamudee.

-Mira enana, mi padre tiene mucho tiempo trabajando con Geoff. Ahora yo trabajo con ellos, él me pidió exclusivamente que hiciera el contrato y fue lo que hice. Claro que me dijo que la cantidad no se cambiaría para nada.

-Te lo dije Cookie. –Canturreo Liam.

Suspire dejando caer mis brazos a los costados y bajando la cabeza.

-Bien. –Fue todo lo que dije para volver a la sala y dejarme caer en el sillón donde estábamos sentados Liam y yo hace unos momentos.

-Oye, deja de estar así de molesta. –Dijo sentándose a mi lado y tomando mi mano derecha entre las suyas. -A mi padre siempre le ha gustado que sus empleados tengan un buen sueldo. Mejor que te parece si vamos a conocer el orfanato. ¿Quieres?

-Claro, vamos. –Sonreí cerrando mi mano alrededor de las suyas.



The art of loving.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora