-Capítulo 27- Celos. Parte II

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-Capítulo 27- Celos. Parte II



-¿Qué fue todo eso? –Le pregunte cruzándome de brazos.

-No sé a qué te refieres. –Miro las vitrinas con pasteles dentro de esta y metiendo las manos a los bolsillos delanteros de su pantalón.

-Claro que lo sabes, –deje caer mis brazos a los costados, golpeando levemente mis muslos. –Te portaste muy grosero con Dougie.

-Chicos, yo los dejo solos. Voy por... allá. –La Sra. Hudson se veía algo avergonzada, camino hacia la cocina dejándonos solos.

-Liam, ¿Por qué te portaste así? –Toque su hombro para que me mirara.

-Bien, si, fui grosero, lo siento. Pero no me gusta que un chico este junto a ti. No si ese chico no soy yo.

-Liam, ¿estas celoso? –Levante ambas cejas incrédula.

-Sí, un poco. –Aclare mi garganta un poco. –Bueno –rodeo los ojos. –mucho.

-Escucha. –Camine dos pasos para plantarme frente a él. –Me lo encontré, nos saludamos y me acompaño a almorzar, es un amigo. Deja de ser así de celoso. Viste lo que paso con Niall y Maia por los celos, eso no lleva a ningún lado.

-Está bien –soltó un suspiro poniendo sus manos alrededor de mi cintura. – ¿Me perdonas?

-No es a mí a quién debes pedir disculpas. –Puse mis manos en su pecho, pero no para alejarlo.

-Ok, cuando vea a Dougie le pediré una disculpa.

-Buen chico. –Sonreí y nos dimos un corto beso en los labios.

-¿A qué hora sales?

-Igual que siempre querido, a las cinco. –Miro el reloj de su muñeca.

-Aún faltan dos horas, ¿crees que haya problema si me quedo?

-Supongo que no habrá problema, siempre y cuando no me distraigas.

-Uh, eso estará difícil. –Roso su nariz con la mía.

-Entonces lo siento, pero no puedes quedarte, este es mi trabajo. –Quise alejarme, pero me pego más a su cuerpo.

-Ok, no te voy a distraer, pero solo si me das uno de esos brownies. –Ladeo la cabeza hacia las bandejas donde estaban.

-¡Uf! Te saldrán caries, tienes que dejar de comer tantos dulces.

-Es eso, o puedo distraerme contigo. –Me miro coqueto.

-¿Cuántos brownies quieres?

-Eres mala. –Hizo un puchero.

-No lo soy, pero si no atiendo a los clientes me van a despedir. –Subí mis manos a su cuello y lo acerque a mí.


Capture su labio inferior entre mis dientes y lo jale un poco. Pase la punta de mi lengua perfilándolo perfectamente, Liam soltó jadeo.


-Si sigues así no te dejaré trabajar.

-Suficiente. Tú te sientas allá. –Señale una silla. –Calladito, comiendo un brownie. ¿Estamos? –Solo asintió.


Le entregue su brownie y fue a sentarse, como buen chico se quedó calladito y comiendo. Me puse el delantal y me pare atrás del mostrador. Tome mi libro y me senté en el banco giratorio que estaba ahí. Liam me lanzaba algunas miradas, eso hacía que no pudiera concéntrame en mi lectura, me sonrojaba solo de recordar como estuvimos de "cariñosos" anoche. Pero levante el libro a la altura de mi rostro y recargue los codos sobre el mostrador. A decir verdad hoy no había muchos clientes. Así que me dejaron salir un poco más temprano.

The art of loving.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora