-Capítulo 31. -El tiempo. Parte I

402 24 0
                                    

-Capítulo 31. –El tiempo. Parte I



Liam me llevo al orfanato, era un edificio grande, pintado de colores llamativos y alegres. Nada que ver con otros que están pintados de colores fríos y deprimentes. Había un gran portón de color negro llamo por interfono para que nos dejaran pasar.

Aparco en el estacionamiento el Jeep, tomados de la mano caminamos por un patio lleno de juegos. Niños y niñas corrían de aquí por allá. Iban desde los dos años hasta algunos cuantos adolecentes.

Le sonreí a Liam, este era un lugar muy lindo, platas y arboles por todos lados. Pasamos unos cuantos salones hasta llegar a la oficina principal. Al entrar todas las personas que estaban ahí saludaron a Liam.


-Sharon, buenas tardes. –Saludo a una mujer de cabello rubio algo canoso.

-Liam, cariño ¿Cómo has estado?

-Muy bien Sharon. Mira quiero presentarte a la nueva maestra de pintura.

-Lana, mucho gusto. –Estire mi mano para que pudiera estrecharla.

-Sharon, el gusto es mío. Soy la directora del orfanato y es bueno por fin poder conocerte. –Sonrió dejando ver pequeñas arruguitas alrededor de las comisuras de sus labios pintados de color rosa. -¿Les gustaría dar una vuelta por el orfanato?

-Claro que sí. –Sonreí emocionada.


Los tres salimos de la oficina para empezar a recorrer un largo camino de piedras guiado de rosales. Pasamos por los dormitorios, los patios y luego los salones.


-Este será tu salón. –Dijo Sharon abriendo la puerta de un salón grande con mesas juntas al centro formando un círculo. Y una puerta corrediza al fondo que daba a un patio precioso con unos cuantos árboles y se podía apreciar el atardecer.

-Es perfecto. –Dije aun mirando el salón.

-Te entregaremos un gafete a partir del lunes.

-Me parece excelente.


(...)


Medio mes pasó como si tan solo hubieran pasado horas. El trabajo en el orfanato era entretenido y muy divertido, pasar tiempo con los niños me encantaba. Ellos eran de verdad muy dulces. Los únicos alumnos que tenía eran menores de diez años.

Junto con ese medio mes, las vacaciones también se pasaron muy rápido. Aunque la escuela para mí era más que fácil. Es decir, tardaría unos cinco o seis meses más en graduarme, así que básicamente lo que estaba viendo ahora no era tan complicado.

Niall y Selena no dejaron de salir en todo ese tiempo. De hecho ya eran novios. Conocerse no hacía falta ya que lo hacían desde pequeños. Recuerdo hace dos semanas atrás Niall me había despertado a las 3:00 a.m. para pedirme ayuda con ideas de como declararle su amor. Obviamente y conmigo todavía dormida no se nos ocurrió nada. Pero le prometí que en la mañana lo ayudaría con gusto.

En la mañana cuando abrí los ojos lo vi sentado en la silla de mi escritorio escribiendo algo.



-Niall ¿Qué haces? –Me senté en la cama frotándome los ojos.

-Escribiendo una canción. –Contesto sin dejar de escribir.

The art of loving.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora