Capitulo 3

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Después de que Lucía se diera una ducha, al salir, levanto con cautela la persiana del baño y con sumo cuidado, se asomo por la ventana para comprobar que aquel indeseado se hubiera ido, y así fue, no había rastro de nadie en absoluto. Una vez aseada y vestida, cogió a su mascota en brazos y se dirigió hacia el salón, allí se encontró a su madre ojeando una revista, se sentó junto a ella y puso la televisión.

- ¿Quieres que veamos una peli lo tres?- pregunto Lucía.

- Claro, pero que no sea ninguna de miedo, luego tengo pesadillas- dijo su madre con una sonrisa burlona en sus labios para luego volver a centrar su atención en la revista.

-Esta bien- dijo un poco frustrada, su madre odiaba esas películas-¿Donde está papá?- pregunto echando un vistazo a su alrededor.

- Ha salido un momento, no tardara en venir- dijo pasando unas paginas- En cuanto venga pedimos la cena.

- Si, tengo muchas ganas de comerme esos tacos tan deliciosos que hacen- dijo la pecosa relamiéndose-

No volvieron ha dirigirse palabra hasta que la puerta de la casa sonó y con el unos pasos. Su padre entro en el salón, gotas de sudor le corrían por su frente y su pelo negro estaba revuelto al igual que su ropa y detrás de si un camino de huellas de barro dejando la marca de sus botas en la madera del suelo, estaba algo agitado. Dejo su abrigo en el perchero y se descalzó dejando sus botas en un rincón de la entrada.

- Aquí están mis dos mujeres- dijo con una sonrisa de oreja a oreja-

- Papá, te estábamos esperando- Lucía le recibió de la misma forma que él, con una cálida sonrisa- La e dicho a mamá que si quería que viésemos una peli los tres, ¿te apetece?

- Emm...por que no- dijo algo dubitativo- A ser posible de miedo, me encantan esas películas- le dijo guiñando un ojo a su hija ya que sabia la opinión de su esposa.

- Ja, ja, que gracioso Adam- dijo su esposa mostrando su desagrado.

- Tranquila cariño, es una broma- se acerco a ella por detrás del sillón en el que estaba y le deposito un beso en la frente- ¿Cuál tenias pensado?- dijo dirigiéndose a su hija.

- No lo se aun- dijo la pecosa levantándose para rebuscar entre la estantería que tenían de películas, tanto sus padres y ella eran muy forofos de ellas- ¿Qué preferís?, ¿un clásico o mas moderna?- dijo ojeando algunas de ellas.

- Un clásico, esas nos gustan mucho a los tres, cualquiera estará bien- dijo su madre.

Pasaron unas horas y la familia se encontraba viendo la película después de haberse dado un atracón de burritos y tacos, se encontraban todos sentados y acurrucados en el sillón con una manta por encima, Lucía y su madre estaban absortas viendo la película a pesar de que ya se sabían los diálogos, en cambio, su padre se encontraba dormido sobre el hombro de su madre y emitiendo mas de un ronquido. Al terminar la película sus padres se subieron a la habitación mientras que Lucía se quedo en el salón recogiendo todo. Sus padres eran unas personas un tanto ocupadas, por lo que Lucía se ofrecía a hacer algunas cosas de la casa para quitarles trabajo. Una vez estuvo todo recogido cogió a Safira y juntas se fueron a la habitación, Lucía antes de meterse en la cama cogió una de sus lecturas más recientes y se metió en la cama a leer hasta quedarse dormida.

A la mañana siguiente, Lucía como todas las mañanas salía a correr por los alrededores del pueblo, enfundada en unas mayas, un top de deporte, una chaqueta y sus auriculares emprendió su camino como todos los días. Hacia el mismo camino siempre, por lo que ya se sabia cada rama y piedra con la que se cruzaba, era imposible que se perdiera. Realizando su recorrido decidió pararse un momento a observar el entorno que la rodeaba, ya que era lo único que la hacia sentirse libre. Observando el entorno vio algo que la llamo la atención, con cuidado se acerco hasta lo que había divisado, se escondió detrás de un árbol y hecho un vistazo. Delante de ella se encontraban su padre y un extraño al que nunca había visto por el pueblo, su aspecto era desaliñado, con manchas de barro por los pantalones. Al ver esa escena decidió retirarse los auriculares para intentar escuchar de lo que pudieran estar hablando, pero no tuvo éxito, extrañada ante la situación decidió dar un paso mas para estar mas cerca de ellos, al hacerlo una rama bajo sus pies crujió. Lucía se sobresalto volviendo a su escondite, su corazón le iba a mil por hora, cuando se tranquilizo volvió ha echar un vistazo y lo que vio la dejo la sangre helada, aquel hombre que estaba hablando con su padre era un can, vio como se puso la mascara antes de dar media vuelta e irse. Mas preguntas la surgieron a Lucía tras ver esa escena. Se quedo allí, apoyada en aquel árbol, pasmada y sin saber como reaccionar, espero unos cuantos minutos hasta que ya no hubo rastro de su padre ni de aquel ser para poder seguir con su camino, pero lo que contemplo no tenia explicación. Comenzó a andar sumergida en sus pensamientos sin siquiera saber el rumbo que tomar, quería despejarse y aclarar la mente sobre lo que había contemplado, convenciéndose a si misma de que podría haber sido otro hombre el que estuviera hablando con ese can en vez de su padre. Cuando salió de su trance miro a su alrededor y lo único que vio fueron arboles por doquier, no sabia muy bien donde se encontraba, nunca se había alejado tanto del pueblo.

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