Los pensamientos de Lucía eran tan fuertes que la pecosa se empezó a agobiar, no podía evitar pensar en todo lo que había pasado. Entonces, se dirigió hacia la puerta, no tenia muchas esperanzas por que Maciel siempre ponía el seguro para que no pudiera salir, pero para su sorpresa la puerta cedió al girar el picaporte, un suspiro de alivio mezclado con un atisbo de liberación la recorrió el cuerpo, era demasiado intenso. Hecho un vistazo detrás suya al final de la escalera, esperando que Maciel no se hubiera dado cuenta, Tras asegurarse por unos segundos atravesó la puerta y hecho a andar de una manera un tanto rápida, no tenia intención de escapar, ya que le sería inútil, pero se dedico a andar sin ningún rumbo con cuidado de que los demás Canes no la vieran. Llevaba ya un tiempo andando, recorriendo la zona hasta que se topo con una casa, la cual ya había estado antes. Para su sorpresa allí estaban, su amiga y Rafael. Lucía no estaba muy cerca por lo que no podía oír lo que estaban diciendo, pero por los gestos de su amiga y los de el parecía que estaban teniendo una conversación bastante acalorada. Con sigilo y llena de curiosidad evitando los amplios ventanales se aproximo hacia uno de ellos con cuidado de que no la vieran, allí pudo escuchar toda la conversación que estaban teniendo.
- No me parece muy justo esto que estáis haciendo- le decía Elena a Rafael.
- Entonces dime, de que otra manera se podría hacer- soltó de repente en voz alta.
- Pues no lo se, pero asi no. Hay gente que esta sufriendo, Lucía esta sufriendo, no puedo verla asi...
- Lo se, vale. Se de sobra lo que hay, pero todo esto acabara no te preocupes y tu y yo podremos tener un futuro, uno real, como te prometí, lejos de todo esto- los ojos de la pecosa se abrieron de par en par al escuchar las palabras de Rafael.
No podía creerse lo que estaba oyendo, pero para su sorpresa descubrió de la mano de su amiga lo que estaba pasando
- Ya, pero no quiero seguir mintiendo a mi amiga y tu tampoco deberías hacer lo mismo con Maciel. ¿Por que les teníamos que ocultar todo esto?, explícamelo de nuevo- exigió la morena a Rafael, este soltó un suspiro y procedió.
- Por que es complicado, no se nos permite enamorarnos o sentir algo hacia otra persona, para nosotros eso es una debilidad. Y si llegan a descubrir que nosotros nos conocimos y nos terminamos gustándonos no les parecerá bien, sobre todo a Maciel, el no ve una vida lejos de todo esto.
- Pero Lucía si, no se merece estar condenada a soportar todo esto. Ella no eligió nada de lo que la a pasado hasta ahora, yo si, yo me arriesgue para estar contigo y que la tenga que estar mintiendo diciéndola que te encaprichaste de mi y me secuestraste no es la verdad, fingir que todo esto no me es de mi agrado me esta matando- lo dijo con tanta resignación que no pudo contralar las lagrimas. Por otro lado la pecosa estaba tan anonada, sorprendida, no cavia en si de todas las emociones que la recorrían el cuerpo, su boca se había secado de todo el tiempo que había estado con ella abierta escuchando todo lo que se decían y no lo podía creer. Su respiración estaba acelerada hasta el punto de que estaba sintiendo como poco a poco se estaba mareando, dio un tras pies que causo tal ruido que tanto su amiga como Rafael lo oyeron.
- ¿Hola?- dijo Elena abriendo la puerta de cristal. A la pecosa todavía no la habían visto, ni siquiera se habían dado cuenta de su presencia, estaba en duda, no sabia que hacer, estaba entre plantarlos cara o desaparecer, pero l rabia que sentía gano y salió a la luz.
- Lucía, ¿Qué haces aquí?- pregunto Rafael frunciendo el ceño a la vez que miraba a su alrededor, quizá esperando a que Maciel apareciera.
- Lo e oído...- soltó de golpe, no sabia como seguir solo dijo eso y espero a que dijeran algo pero tanto su amiga como Rafael se miraron mutuamente extrañados.
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Petricor
RomanceCuando la lluvia cae sobre el espeso bosque, todo ser vivo se esconde para no dejar rastro y dejar que el enemigo se abra paso entre los árboles destruyendo y masacrando. Canes, así es como les llaman los habitantes del pueblo. No sienten pena ni a...