Al llegar a la discoteca un cumulo de gente se encontraba en la puerta haciendo una fila que daba la vuelta a la esquina, Maciel se dirigió hacía uno de los porteros, este al verle los dejó pasar, al hacerlo y pasar al anterior la pecosa abrió los ojos al ver lo grande que era ese sitio y la cantidad de gente que había en su interior. Maciel cogió de la cintura a la pecosa y juntos seguidos de Rafael sé dirigieron hacía unas escaleras las cuales llevaban a un reservado, en el se encontraban varios grupos de gente los cuales por su aspecto arreglado eran gente de dinero. Siguieron caminando hacía un grupo que se encontraba en una esquina antes de llegar Maciel tiró de la pecosa para que se acercara a él.
- No intentes hacer algo de lo que te puedas arrepentir- dijo en su oido, esta no dijo nada, tan solo asintió.
- Maciel hermano, veo que has traído un regalo para mi- dijo un chico de pelo rubio despeinado.
- Siento decepcionarte, pero ella no se toca- le respondió Maciel, a la pecosa la resulto repulsiva la manera que tuvieron de tratarla, como si fuera un objeto.
Maciel se separó de la pecosa para irse con ese chico rubio, Rafael en cambió estaba junto a un grupo se chicas las cuales estaban demasiado maquilladas y ni hablar de como iban vestidas. La pecosa se sentía muy incomoda en aquel sitio, no sabía que hacer, entonces vio unos sillones los cuales estaban cerca de donde se encontraba Maciel, esta cogió y se sentó en ellos mirando a la gente que la rodeaba.
-¿Quieres algo de beber?- Lucia levanto la mirada para encontrarse con unis ojos marrones intensos que le seguían de una maraña de pelo rubio.
-No gracias- le contestó la pecosa cortante.
-Venga, te vendrá bien- cuando dijo eso la tendió una copa de cristal, el liquido que había dentro era de un ligero color rosa acompañado de unas rodajas de fresa.
-Te e dicho que no quiero nada- la pecosa frunció el ceño rechazando la copa.
-Vamos Lucia, diviértete un poco- dijo Rafael apareciendo con dos chicas cogidas de sus brazos.
Lucia quería responderle, pero no lo hizo, le quitó al rubio la copa de las manos y pegó un trago, seguido de eso se levantó y se fue de allí dejando atrás a los dos aproximándose hacia una barandilla la cual dejaba vistas de toda la pista de baile en la que se veían a multitud de gente bailando, esta se apoyó en la barandilla ignorando a la gente. Estando allí oyó unas risas procedentes de un grupo de chicas, la pecosa se dio la vuelta observándolas detenidamente, eran cuatro, iban con vestidos super cortos y escotados los cuales no dejaban nada a la imaginación, tres de ellas eran rubias y una morena, estaban mirando hacia una dirección riéndose y echando unas miraditas, estaban intentando llamar la atención de alguien, la pecosa siguió con la mirada a quien estaban mirando, para su sorpresa este era Maciel, se lo estaban comiendo con la mirada. Las cuatro se acercaron hacia él y este con una amplia sonrisa las dio un beso cogiendo a una de la cintura, al hacerlo buscó con la mirada a la pecosa, esta estaba algo incomoda al ver esa situación.
-¿Celosa?- dijo Rafael apareciendo a su lado.
-¿Que?, estas loco, ni en sus sueños estaría celos- respondió la pecosa.
-Perdona- respondió Rafael alzando las manos agitándolas hacia los lados.
Lucia molesta volvió los ojos hacia Maciel para volver a mirar y para su sorpresa se encontraba con las cuatro chicas sentado en el largo sillón donde había estado ella sentada antes, tres de ellas estaban sentadas a su lado manoseándole mientras que la otra se encontraba de pie bailando de una forma provocadora, Lucia miraba la escena detenidamente al mismo tiempo que sentía que sus mejillas la ardían de cada vez más, de un momento a otro la chica morena se abalanzó sobre Maciel devorando sus labios, Lucia al ver eso se giro hacia Rafael.
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Petricor
RomanceCuando la lluvia cae sobre el espeso bosque, todo ser vivo se esconde para no dejar rastro y dejar que el enemigo se abra paso entre los árboles destruyendo y masacrando. Canes, así es como les llaman los habitantes del pueblo. No sienten pena ni a...