Desaparecido

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Seguían pasando los dìas y aún faltaba un mensajero por llegar. Ya habían pasado nueve días. Al décimo día mi padre envió a tres rastreadores con dos licántropos cada uno. Como yo no tenía nada que hacer, así que me ofrecí para la busqueda.

Me sentía algo culpable de esta guerra, digo, mi padre la causo. Oviamente yo sí tenía algo que ver con eso. Ayudar en algo me haría sentir mejor, o eso creí...
Fuí con el primer grupo, en el estábamos Greeb el rastrador, Mezth un aprendiz de sanador, anteriormente mi amigo hasta despues de todos los incidentes, y por último yo, una desgraciada cazadora. No era el grupo más asombroso, pero quizá ayudaramos en algo. Nosotros iríamos hacía el noroeste, cerca de la cadena montañosa Groot. La misión de los tres grupos era recorrer las rutas asignadas rumbo a la Gran Fortaleza de Berph.

Cada rastreador intentaría ubicar los posibles lugares por los que había pasado el mensajero, y sus acompañantes lo ayudaríamos si lo encontraba. No debíamos acercarnos demasiado a los Humanos y la idea era regresar cuanto antes, en lo posible en el plazo de una semana porque la Gran Fortaleza de Berph estaba bastante alejada.

Si ninguno de los grupos lo encontrabamos se le daría por muerto.

Adémas mi padre también envió a un espía y a Mijik hacia Greentown a revisar los progresos de el plan de nuestro querido saboteador.

Al amanecer del onceavo día partimos a buscar al mensajero. Casi no se habló durante el viaje. Sería un día, tal vez un poco mas, para llegar a la cordillera de Groot. Yo ya no tenía esperanzas de encontrarlo. Greeb no tenia muchos puntos de referencia para buscar, hacia mucho que se había ido el mensajero. Mezth menciono que el mensajero se llamaba Yëst y era un Solitario que hacía no mas de tres meses que se había unido a nuestra manada.

Con el repentino cambio en la actitud de los humanos hacia nosotros, muchos solitarios se habían unido a la manada. Incluso un par de veces se unieron a nosotros pequeños grupos de vagabundos, uno de tres integrantes y otro de cuatro. Ahora ya eramos sesenta y dos licántropos en la manada, muchos de los cuales yo no conocía. Mezth también le informo a nuestro rastreador que Yëst tenía el pelo color gris y pardo. El clásico. Esto le ayudaría a Greeb a hayar su rastro más facílmente. A la tarde del segundo día llegamos a la cordillera de Groot, no habíamos dormido la noche anterior, corrimos hasta alcanzar la cordillera, ese era ep primer objetivo.

Greeb ya tenía una vaga idea de hacía donde ir. Hallamos algunas huellas en un pantano cercano y unos pocos pelos de el color correcto. Además del cansancio, no pudimos comer desde que salimos. La jornada había sido larga, así que fuí con los demás a cazar, el grupo estaba encabezado por mí. El terreno montañoso no era mi área, prefiero los bosques ademas de que me se manejar mucho mejor allí.

Greeb localizó a un cervatillo a lo lejos. No quería correr, pero no podíamos terminar dos días sin comer. El animal ya estaba herido, tenía una cojera en la pata posterior derecha. Lo acorralamos y lo maté al instante. Fue mas sencillo de lo que pensé. Lo deboramos todo, Mezth que era el más corpulento de todos, hasta comio algunos huesos. Luego nos fuimos a buscar in lugar donde dormir.
Había una cueva no muy lejos de allí. Al menos teníamos algo de suerte por el momento. Como era muy peligroso estar sin proteccion, por mas que la cueva fuera segura, nos turnariamos para hacer guardia. Primero Mezth, luego yo y por último Greeb. Greeb era el mas cansado del grupo, ádemas de correr la misma distancia que nosotros tenía que prestar atención hasta al más mínimo detalle.

Yo me fui hasta el lugar más alejado de la cueva. Descanse lo que me parecieron minutos hasta que Mezth me despertó a mitad de la noche.

Cuando acabo mi turno fui a despertar a Greeb. Cuando llegue hasta el vi sangre alrededor de su garganta, y el maldito no había dicho nada.

- ¡Greeb, te has herido! - lo desperte, Mezth también me oyó y se paró de un salto.

- No es nada, ve a dormir yo seguiré con la guardia. - dijo como que nada hubiera pasado.

- Ven acá, dejamé ver. - dijo Mezth, Greeb se acerco a él. - El cervatillo te hirió ¿no es así?

- Solo me pateó, no se preocupen , a veces pasa.

- Se esta infectando rapidamente. - continuó Mezth sin hacerle caso a Greeb. - Leire ¿Hay un río cerca de aquí, no es así?

- Si, a diez minutos a pie.

- Bien llevaremos a Greeb alli para poder limpiar la herida, no es profunda, pero como dije antes, se esta infectando. Hay que limpiarla.

Salimos de la cueva los tres y fuimos al río, me parecio ver una sombra enyre los árboles. Pensé que solo había sido mi imaginacion.

Llegamos al río y Mezth izo lo que dijo. Fue bastante rapido. La herida dejo de sangrar y estaba mejor. Volvimos a la cueva y Greeb se reusó a seguir durmiendo. Lo dejamos hacer guardia, no quedaban mas de dos o tres horas para el amanecer. Yo no pude dormir mas, me quede pensando en la sombra toda la noche. Creo que nadie más la había visto. Es cierto, quizá solo había sido mi imaginación.

CorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora