Thanor se encargó de cuidarme los dos días que Guthed dijo que debía descansar. El tercer día Hekthram fue a buscarme. Si la muerte de su hermano le afecto, no lo demostraba. Un maestro en el arte de ocultar los sentimientos. De todos modos el siempre se mantenía serio, su rostro casi nunca mostraba emoción alguna, muy al contrario de Dart. Los típicos polos opuestos. Hekthram planeaba, organizaba y obserbvaba, Dart era mas de actuar, integrarse y resolver problemas sobre la marcha. Estaba claro que el líder era Hekthram, por más influencia que Dart haya tenido ente los suyos.
Me llevo por el largo pasillo que conducía a Orenüm, hacia el lugar donde había visto a Mugandir por primera vez.
-¿Por qué tiene que ser tan largo el pasillo?- pregunté, algo frustrada por tener que caminar tanto. Muchos otros Licántropos transitaban por allí, muchos mas que la ultima vez.
-Este túnel, mejor dicho, es el que atraviesa una de las montañas para poder entrar al valle. -respondió el.
-Interesante... Es una obra titanica. Solo los Antiguos fueron los capaces.
-Exactamente, por eso los Descendientes somos tan valiosos.
La verdad es que yo no me sentía tan diferente y tan especial como Hekthram decía que era. Deseaba poder volver a ver a mi manada.
-¿Sabes por qué los Humanos nos han sacado ventaja todo este tiempo? -dijo Hekthram.
-Claro, son miles comparados con...
-No, no es eso.
-¿Entonces?
-Ellos han podido unirse, se apoyan entre sí. No se si te has dado cuenta de que casi todas las manadas tienen rivalidades entre sí. Ustedes los del Norte con los del Sur, los de las Montañas con los del Este. Los del Oeste con los Pardos. ¿Lo ves? Debemos ponernos de acuerdo. Ese es el objetivo de reunirlos aquí en Oenüm y en Orenüm, allí hay suficiente espacio para todas las manadas. Ya reunimos a todos los Descendientes, ahora necesitamos a quienes luchen en el frente.
-¿Y si morimos...?
-Será por una causa. Una noble causa.
Ninguno de los dos dijo nada más. Llegamos a la gran puerta que daba paso a Orenüm. No sentía las mismas ansias por salir que la otra vez. Ahora era mas curiosidad que otra cosa.
Se sintió muy raro salir al aire libre. Pude ver pequeñas manadas de ciervos custodiadas por Licántropos. Al parecer no pensaban cazar. También habían tiendas y unas muy toscas cabañas. Los cachorros eran escasos, al igual que en todas partes. Con tan picos cachorros era obvio que no quedarían muchos Licántropos jóvenes en el futuro...
Camine un largo rato con Hektram, hasta el orto lado del Valle. Vi Muchas cosas. Al parecer todos tenían una ocupación, una responsabilidad. La comida se daba en raciones, una larga fila de Licántropos esperaba por comer, a pesar de todo la gente se veía bastante contenta a decir verdad. Posiblemente todos creen que todo eso terminará con la derrota de los Humanos, no se si eso seria una falsa esperanza...
Al final del valle había una cueca artificial excavada en la piedra, le entrada estaba tapada tras una especie de cortina hecha de hilos entrelazados.
-Debes de ir tu sola. Solo los que son portadores de tu poder son lo suficientemente dignos.-dijo Hekthram.
-¿Que hay allí? -pregunté desconfiada.
-Sólo te diré que debes entrar. Es parte de tu entrenamiento, allí dentro están quienes te ayudarán a completarlo .
-No moriré ¿verdad?
-Es poco probable querida.-se dio la vuelta y comenzó a andar.
¿A que se refería con "poco probable"? Esto ya comenzaba a no gustarme tanto.
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Corre
Hombres LoboLa ultima vez que lo vi, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Todo sucedio tan rapido. Nunca se borrara ese recuerdo de mi memoria. El me protegio y dio su vida por mi. Aun recuerdo lo ultimo que me dijo... Corre. ***************************** Est...