Visiones

2K 198 4
                                    

Ya no quedaba nadie cerca. Éramos sólo Axel, la bestia y yo. Si ese monstruo decidía atacar nos mataría a ambos. La cuestión era, ¿por que le había hecho caso a Axel momentos antes?

-¿Vas a escucharme?- dijo Axel.

-Si, - respondí de forma temerosa- pero por favor, que esa cosa no me lastime.

-Tranquila, no te hará daño.- Axel miró fugazmente a la bestia, cuando lo hizo, la criatura se acostó en el piso frío de piedra y apoyo su cabeza sobre sus patas mientras nos miraba.

-No salgas huyendo de nuevo, ¿bien?- me pidió Axel.

-¿Estas como loco o que te pasa? ¡No quiero morir!- dije.

-Era solo para asegurarme...

-Ya que ya te aseguraste de eso, quiero que me digas que cosa es eso y por que te hace caso.

-Mi nombre es Mahandir, no cosa, ni mucho menos bestia.

-¡La voz! Estoy loca. Dime que también puedes oírla...

-Leire, no estas loca, yo tambien puedo oírlo. ..

-Bien, pero necesito que me digas que es eso...

-Él, - dijo enfatizando la palabra- es Mugandir. Uno de los últimos Espectros que, por lo que sabemos, se mantienen ocultos.

-Pues este no es muy bueno jugando a las escondidas...

-Denme paciencia, por piedad...-murmuró Axel.

Mugandir se levantó. Sebparo frente a mi, el miedi me petrificaba. Una ola de pensamientos acudió a mi mente. La manada de los Licántropos de las Montañas, la cordillera de Groot, la fortaleza de Berph pero de un punto de vista algo diferente...

Se podía ver todo desde... desde el aire. Distinguí el blanco pelaje de Thanor. Más adelante Yo junto a su abuelo, entrando en la tienda para poder llegar a nuestro acuerdo. Estábamos en la manada de los Licántropos de las Montañas. De pronto el día se volvió noche y las estrellas adornaron el cielo con su resplandor, haciéndole compañía a la hermosa luna llena.
Dos lobos, peleando y gritando se él uno al otro, recuerdo bien esa pelea. Cada uno de nosotros se fue por su lado. Pronto todos se fueron a dormir a excepción de Thanor . Corrió hacia el bosque, pero no conseguí ver más. La imagen descendió hasta donde estaba yo y, al parecer, el secuestrador venía con Mahandir. Lanzó un dardo, la mini flecha. Había despertado pero enseguida volvía caer. Me metieron en un saco.

La bestia remontó el vuelo, pronto cambio el paisaje. En risco, me parecía conocido, no debía de estar alejado de la manada de los Licántropos de las Montañas. Gharem. Estaba parado allí, era el, tenia el Colmillo Sagrado respectivo de las Grandes Manadas. El secuestrador apareció de nuevo y hablo con Gharem. Señaló hacia acá. Gharem asintió.

El paisaje cambio de nuevo. El cielo despejado, en tonos de naranja, amarillo y un leve morado. El amanecer. Aparecieron unas montañas a lo lejos. La cordillera de Groot. Comenzó a ascender cada vez más. Las nubes cubrían la cima de una de las montañas. No se podía ver nada. Tras un par de minutos, como por arte de magia, todo quedó despejado. A pesar de que solo estaba sucediendo en mi mente, sentí como una sensación de vértigo se apoderaba de mi. Estábamos a una altura inimaginable. Podía verse lo que nunca nadie había podido. El otro lado de la Cordillera de Groot, el lugar inalcanzable del cual se contaban las historias más bellas o más horripilantes que surgían de la imaginación tanto de Humanos como Licántropos. La razón de muchas leyendas y mitos, poemas épicos y canciones tocadas con orgullo por héroes pasados que ahora pasan el resto de sus vidas metidos en en tabernas contando falsas historias.

No era nada de lo que yo había escuchado, ninguna de las historias de mi infancia que eran contadas por los ancianos de la manada concordaban con esto. No habían monstruos o criaturas fantásticas. Un gran prado se extendía, rodeado por montañas. Árboles de las maderas más finas y fuertes. Robles, pinos, abetos, olmos y muchos más. Podían ve se Manadas de venados que corrieron al notar la nueva presencia. Lo que más me asombro fue que los Licántropos andaban libremente, ya sea en su forma "humana" con sus vestiduras, o en su forma lobuna con sus pelajes siendo sacudidos por el viento.

No pude ver más. La imagen volvió a cambiar. La entrada de la cueva, la misma en la que yo estaba en ese momento. Luego de eso las visiones terminaron. Sentí como mi mente y mi cuerpo se sincronizaban otra vez, sentí un gran vacío en el estómago, mezclado con miedo, adrenalina y quien sabe que otras cosas. Leves pinchazos de dolor fueron intensificandise en mi cabeza hasta detenerse subitamente por completo. Estaba mareada, vomité todo lo que había comido al medio día. Fue lo mas desagradable nunca antes visto, por poco me desmaye.

Axel me sostenía, no llegue al punto de de desmayar me pero si caí al piso. Axel le gritaba a Mugandir.

-¿Cómo carajos se te ocurre hacer eso? ¡Aún no está preparada para ello!

-Sabes que era lo mejor, si se lo hubieras explicado del modo tradicional nunca te hubiera creído, y dudo que se molestará en escucharte.- la voz de Mugandir resonaba en mi cabeza, hice una mueca, otra punzada se dolor en en mi cabeza, al parecer el efecto que las visiones había causado en mi.

-¡Sólo. .. solo... Callate de una buena vez! ¿Acaso no ves como la dejaste?- Axel estaba histérico. Mugandir se alejo hasta su anterior lugar de descanso y permaneció allí.- ¿Leire? Leire, dime algo prima.- por un momento pareció como si hubiese olvidado hablar, pero pronto las palabras acudieron a mi boca.

-S s s... si. Eso creo...

-¿Te duele algo?

-Tan sólo me duele un poco la cabeza.

-Bien, te llevare con los sanadores.-se dío vuelta dirigiéndose a Mugandir- En cuanto a ti, hablaremos más tarde.- Él Espectro se removió un poco.

-¿Que fue lo que pasó? Quiero una explicación. -dije.

-Te lo explicaré de camino con los sanadores, necesitas atención médica. -me ayudó a levantarme.- Ven conmigo.

No me rehúse a ir con el. El dolor en mi cabeza se hacía cada vez más molesto. Ya habría tiempo para que me explicará todo, y si no quería, lo obligaría a que sí lo haga...

CorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora