Decidimos vigilar a la criatura. No les diríamos a los demás, sembrar el pánico, luego de todo lo que ha pasado, no serviría de nada.
Los que habían salido a cazar volvieron sanod y salvos, y además con un pequeño jabalí. Los cuatro les agradecimos la comida que se habian tomado el tiempo de traer para nosotros. Al parecer habían encontrado una camada de tres jabalíes en su guarida, dos de los cuales ya descansaban en los estómagos de sus captores.
Como estaba cayendo la noche decidimos quedarnos en una pequeña cueva que casi no tenía profundidad pero si unos frondosos arbustos en su entrada que nos protegerían de las miradas indiscretas.
Al comenzar a caer la noche la criatura voladora y su jinete se alejaron rumbo al sureste hasta que quedaron fuera de vista. Me preocupaba mucho esa cosa. Yo era responsable de casi todos los que estabamos allí.
Un lobo solo podría haber llegado a la manada de los Licántropos de las Montañas en un día o un día y medio. Al ser más, las cosas se complicaban. Era más dificíl evadir los asentamientos humanos y esconderse de ellos. Posiblemente a esta misma hora mañana estaríamos allí.
Pedí hacer la primera guardia, Thanor la segunda, Greeb la tercera (fue por voluntad propia, aunque la de él era la peor dada la hora) y la última Yëst.
La noche estaba estrellada. Y había luna menguante. Me acomodé en un lugar donde ya podía verse totalmente el pasto recien nacido. Había un poco de barro pero, aunque por nuestro pelaje no suframos por el frío, estaba harta de la nieve. No era porque no me gustara, sino porque este invierno habian pasado muchas cosas desagradables. Tal vez en pravera las cosa sean al revés.
Por lo general hacer guardia es muy aburrido pero esa noche las estrellas brillaban más que cualquier otra. Pasé varias horas viendo al cielo.Alguien tocó mi hombro. Me asusté por un momento, aunque el susto ni duro mucho. La enorme cabeza blanca de Thanor apareció dentro de mi campo visual.
-Ve a descansar, yo seguiré con la guardia.- me susurró.
-Buenas noches .- le dije, él sonrió.
Me acosté en el mismo lugar en el que el había estado. Había dejado una especie de "crater" en la nieve. Compadezco a los pobres pumas de la otra vez.
Dormí muy bien. Por primera vez en mucho tiempo tuve un buen sueño, incluso alégre. Toda mi famila, los tres juntos vivíamos felices en nuestra manada (igual que antes de que pasará todo lo que pasó).
Thanor me despertó a la mañana siguiente. Por un momento tuve ganas de matarlo. Todo se esfumó. Ojalá ese sueño hubiera durado de por vida.
Seguimos el viaje al igual que ayer pero sin hacer paradas. Comenzé a notar el acenso. La nieve se hacía cada vez más espesa. Nos acercabamos cada vez más.La critura había aparecido denuevo alrededor del mediodía. Su precencia me incomodaba demasiado. Minutos mas tarde los demás que sabían de su exsistencia notaron su precencia. Era bastante aterrador saber qué eso nos observaba y seguía todos nuestros movimientos , hubiera preferido que Yëst no me lo contará.
Tal como lo habíamos planedo, llegamos a la manada al anochecer, estaba justo al pie de la montaña, como a un kilómetro de donde estabamos. Al llegar cuatro lobos nos rodearon amenazadoramente. Dudaron unos momentos al ver a Anitsirc y Shandu. Llevaban mucho tiempo fuera de casa. Uno de los licántropos se llamaba Hewn. Hewn era un viejo amigo de Shandu, era grande en tamaño pero a diferencia de otros estaba algo flaco y tenía una pequeña joroba que resaltaba entre su pelaje blanco. Otro de los cuatro era blanco y los dos que faltaban eran como Shandu. Típica apariencia de los lobos de montaña.
Cuando terminó la bienvenida de los desaparecidos, Hawn, que al parecer lideraba al grupo, fijo su atención en nosotros.
-¿A quiénes han traido con ustedes?-preguntó.
-Son amigos, gracias a ellos estamos nosotros aquí hoy. Han venido para hablar con Gharem, es urgente.- aclaró Shandu.
-Es cierto,hemos venido para hablar con su líder, Gharem y pedirle humildemente que nos acoga en su manade de momento.-dije.
-¿Quién eres tú?- me preguntó en un tono más amable.
-Soy Leire, hija de Ancor y Danoit, alfa y lider de la manada de Licántropos del Norte.- cada vez que lo decía se me erizaba el pelo de la nuca, era extraño.
-Mil disculpas, por haberlos tratado de esta manera tan hostil.-dijo algo nervioso, tal vez temiera que me quejara ante Gharem.- Los llevaré ante Gharem enseguida.
Hawn nos condujo hasta su manada. Era muy diferente a la nuestra. Solo había una tienda mal hecha y dos cuevas naturales, una grande y otra más pequeña.
Había varios licántropos en su forma humana haciendo tareas normales.Todos dejaron sus queaceres y nos miraron. Uno de nuestros escoltas saliò a buscar a Gharem.
Gharem era un enorme alfa blanco, con un enorme parecido a Thanor.-Hola, nieto.-fue lo primero que dijo.
-Hola.- respondío Thanor, un poco tímido.
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Corre
WerewolfLa ultima vez que lo vi, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Todo sucedio tan rapido. Nunca se borrara ese recuerdo de mi memoria. El me protegio y dio su vida por mi. Aun recuerdo lo ultimo que me dijo... Corre. ***************************** Est...