Espiados

2.6K 240 2
                                    

Despertamos a la mañana siguiente como si nada hubiera pasado.

Tendría que decidir que hacer, por el bien de la manada. Le hice un gesto a Thanor para que me acompañara. Me entendió, y al acercarse a mí me susurró:

-Recuerda, ahora eres una alfa. Controlate.

Me paré frente a los pocos miembros de la manada. Pense toda la noche en que sería lo mejor por el momento, esperó haberlo hecho bien.

-Antes eramos una de las Cuatro Grandes,-comenzé, las Cuatro Grandes son las cuatro manadas más grandes y poderosas: Licantropos del Sur, Norte,Este y Oeste.- contabamos con un alfa mayor y seis menores, solo quedamos dos. Me duele decirlo, pero debemos irnos de aquí, no tenemos otra opción. Quiero pedirles humildemente, Anitsirc y Shandu, que nos guién hasta su manada, necesito hablar con su lider, necesito su apoyo. Por favor...

-No te preocupes, todos serán bienvenidos.

-Gracias.

Shandu le explicó a Greeb el camino para poder llegar hasta la manada de las Montañas, él se encargaría del resto. El viaje era corto pero posiblemente tendríamos que evitar varias aldeas y tribus humanas, lo cual era bastante arriesgado.

Me sentía muy importante. Todos habían adquirido cierto respeto por mí. Al pricipio me parecio algo bueno, pero luego se volvio un poco incómodo. Los únicos que se comportaban normal eran Fhumbr y Thanor. Thanor intento alegrarme discretamente, pero no lo logró. La manada de Licántropos de las montañas quedaba a tres, tal vez cuatro, días si nos apurabamos.

El día pasó lento y aburrido. En algunas partes del trayecto, la nieve ya comenzaba a derretirsrse y daba paso a pequeños brotes anunciando que se hacercaba la primavera.

Nadie estaba hambriento luego del ciervo del dían anterior.
No hicimos ninguna parada en toda la noche. Cuanto antes llegáramos, mejor. Yëst no hablaba mucho, parecia no poder manejar los nervios. Miraba hacia el cielo frecuentemente y estaba muy tenso.

A la tarde del siguiente día decidimos descansar. Buscamos refugio y Yëst se acerco a mí y a Thanor.

-Leire, algo pasa...-me dijo.

-¿Que sucede?-respondí.

-Alguien, o mejor dicho algo nos vigila.

-¿Como lo sabes? Hemos estado evitando todos los pueblos y asentamientos humanos. Nadie pudo habernos visto.

-No, no nos sigue a pie, sino... desde allá arriba.

-Creo que el viaje te está afectando.-dijo Thanor.

-Dejaló explicarse Thanor.-dije.

-Cuando llegamos a la manada lo vi. Al principio pense que era un halcón o algun otro tipo de pajaro, pero juraría que he visto, un considerable numero de veces, una silueta humana encima de la criatura...

-Yëst, por favor. Necesito que te relajes. Mejor descansa. Es solo un ave, no te hará daño.

-Pero estoy seguro...

-Por favor, ya tenemos bastantes problemas como para andar preocupandonos por pájaros.-dijo Thanor .

-De todas maneras lo tendremos en cuenta, gracias por el aviso.- no le creía pero tampoco lo ignoraría.

-Está bien...-Yëst se fue muy apenado. Tuve miedo de que el pobre estuviera perdiendo la cordura.

Dormimos un par de horas y esa misma noche seguimos rumbo a la manada de Anitsirc y Shandu.
Yëst me tenía preocupada. La curiosidad me llevo a vigilar a esa "ave". Le dije a Thanor que también lo hiciera. A lo largo del viaje la estubimos observando, aunque no con tanta obseción como Yëst.

La criatura viró su rumbo levemente y se tambaleó. En ese momento logré ver lo que tenía a Yëst tan preocupado. Una especies de figura humana encima de la criatura. Era un tanto amorfa pero perfectamente distiguible. Debía de estar a una enorme altura para poder verse del tamaño de un ave. Mi corazón se aceleró.

¿Que clase de cosa era aquella? Además, si nos ha estado siguiendo como nos dijo Yëst ¿Por que no detuvo nuestro avance? ¿Hace cuanto hemos sido espiados?

Ordené que nos detubieramos, lo hice ver como una simple parada para descansar pero en realidad necesitaba hablar con Yëst y claro, con Fhumbr.

Le dije a Thanor lo que vi, aparentemente me creyó y trajo a Yëst y Fhumbr para hablar en privado. Momentos despues Anitsirc, Shandu, Umbü, Greeb y Mezth salieron a cazar algo que al menos pudiese engañar un poco al estómago, además podríamos hablar con más libertad.

-Iré al grano, -dije.- Yëst, hace unas cuantas horas me dijiste algo sobre esa extraña ave que nos estaba siguiendo.- Fhumbr no sabía acerca de eso asi que me tome unos minutos para explicarle y proseguí.- La he estado ovserbando de a ratos junto Thanor y temo que Yëst haya tenido razón, aunque aún no estoy segura de que sea un humano...

-¿Entonces qué?-preguntó Yëst.

-No lo se, se ve bastane deformado como para no ser un humano, o quizá la altura sea la que engaña nuestros ojos. Fhumbr, necesito tu consejo.-pedí.

-No estoy muy seguro de que sea eso. Puede ser un glifo, o quizá un dragón, incluso alguna especie de gárgola. En mis tiempos apenas quedaban un par, dudo que cinco mil años después puedan seguir con vida.

-¿Tienes cinco mil años? Pero si solo te ves de mil quinientos.- bromeeó Thanor, que ya se había hcho un muy buen amigo de Fhumbr.

-Thanor, esto es en serio.- lo reprendí, aunque de todos modos me había sacado una sonrisa.

-No te molestes.-dijo Fhumbr.- Un cachorro como él no lo entendería.- me desplome de la risa.

-Bien, dejemos la payasada.-dije ahogando las carcajadas.-No podemos preocupar a nadie sin saber a que o a quién nos enfrentamos. Todo lo que sube tiene que bajar.

CorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora