Huellas en la nieve

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Cuando el sol salió continuamos nuestro viaje. Ya habiamos recorrido la mitad de la cordillera y todavía quedaban varias horas para el anochecer. Esta vez como estabamos bastante adelantados decidimos caminar, sobre todo por la herida de Greeb, aunque ni Mezth ni yo lo mencionamos.
Acababamos de salir cuando Greeb se puso a caminar con más rapidez, cada vez se veía más ancioso, casi corría. Hasta que dijo:

- Creo que encontre el rastro.

Tanto Mezth como yo nos detuvimos en seco. En verdad, desde que comenzó la busqueda ni nosotros ni ninguno de los demás grupos tenía la esperanza de encontrar nada.

- No es momento de bromas Greeb...- dije.

- Creeme, no lo es. - me interrumpió.

- Entonces ¿que hayaste?- pregunto Mezth, que no sabía si emocionarse o preocuparse.

- El rastro es algo viejo teniendo en cuenta el tiempo que tiene el mensajero desaparecido, pero me parece que podré encontrarlo.

- Esta bien, sigamoslo entonces ¿Más o menos, hacia donde hay que dirigirnos?-pregunté.

-Seguiremos nuestra ruta por el momento.

-Bueno, continuemos la marcha y no perdamos más el tiempo.- finalizó Mezth.

Caminamos por el camino que Greeb nos indicaba. No se como se sentían los demás pero yo estaba mas emocionada que un lobezno que caza su primera preza. Tenía curiosidad por saber que le había pasado a Yëst. Encontamos su rastro pero, ¿Seguiría vivo? ¿Por que no había regresado? ¿Los humanos lo tendrían prisionero?
Habían mucas opciones, incluso podría ser que Greeb se hubiera equivocado. No puedo negar que tenía miedo sobre lo que encontraríamos.

Caminamos unas cuantas horas y el rastro nos había desviado un poco hacia el oeste. Este último mes habían comenzado a caer las primeras nevadas del año. No pude evitar pensar en Thanor. Justamente cuando había comenzado a superarlo. Ahora la que resaltaba más entre la nieve era yo.

De repente, un camino con huellas humanas en la nieve. No se veían recíen hechas pero si frescas. Los tres acordamos solo con la mirada, buscar un lugar cercano pero seguro para poder ponernos de acuerdo entre nosotros.

Nos ubicamos debajo de un tronco hueco a unos treinta o cuarenta metros del camino, era perfecto, los Humanos no nos verían pero nosotros sí a ellos. Cuando nos resguardamos, Greeb dijo susurrando:

-¿Alguien me puede decir que carajos hacen esas huellas allí? Este lugar no es transitado por humanos, que yo sepa.

- Es lo mismo que me preguntó yo,- dijo Mezth también entre susurros- Creo que eran unos seis o siete humanos a respectar por las huellas. Quizá solo sea un grupo de cazadores.

- No lo creo,- dije - el camino parece haber sido usado antes. No tenía idea que los humanos viajaran por aquí.

- Es que en realidad nunca lo hacen, debe ser por que se habrán dado cuenta de que por aqui es más fácil conseguir agua. El río no esta tan lejos y hay un lago más adelante.

-Podría ser, pero ¿por que el rastro de Yëst nos llevó hasta aquí?

- La verdad esta vez si que no tengo ni la más pálida idea. - admitió Greeb.- Solo se que deberíamos averiguarlo. El rastro sigue el camino y se hace cada vez más fuerte. Podremos seguirlo de manera distante, pero tiene sus riesgos.

- No hemos venido hasta aquí, muriendonos de hambre, cansados y mugrientos solo por nada. Además los humanos nos masacrarán a todos cuando llege el momento.

- Bien dicho, entonces seguiremos con el viaje ¿Tu que dices Leire?

-No tengo nada que perder así que por mí, estoy de acuerdo.

-Decidido. - dijo Mezth, que había adoptado cierto liderazgo en el grupo. - Ahora salgamos de este agujero, por que si sigo agachado aquí me va a dar una ernia en la espalda.

Esto rompío la tención de la situación y los tres comenzamos a reír de buena gana. Se me hacía que la cosa se iba a poner interesante.

CorreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora