Esa última frase me quedo impresa en la mente. Todo es como es por alguna razon, es tan raro. Los Humanos habían matado a mi manada por miedo, yo los quería matar a ellos por justicia, y tal vez moriría en el intento por la sed de venganza que inundaba mi ser, como un río a punto de desbordarse.
Otrebor seguía allí, inmóvil, sin hacer ni decir nada como por lo que me parecieron un par de horas. Al contrario de lo que hubiera sido con cualquier otra persona, no fue incómodo. Supongo que ambos estábamos razonando toda la información que habíamos compartido. Hasta que Otrebor rompió el silencio.
-Estas consciente que tu amor por tenor es muy peligroso, supongo.
-¿Cómo sabes de lo nuestro?-respondí con otra pregunta.- ¿Acaso lees mentes?- Otrebor río.
-No, no leo mentes. Simplemente digamos que la experiencia me ha dado mucho. El brillo en tus ojos al oír su nombre... no lo había visto en alguien hace mucho tiempo.-No es muy alentador que ya varias personas lo sepan.
-Pero ¿sabes que tu mentira no acabará bien verdad? A los Decedent's no se les dan bien las relaciones... y mucho menos los hijos. Pueden suponer amenazas.
- Estoy decidida a hacer lo que me plazca.
-Queda bajo tu propio riesgo.
-Lo tenemos bajo control.
-Por ahora.
Mire a Otrebor. No tenía ninguna intención de convertirlo en mi enemigo. Comprendía la vida. Comprendía la existencia.
-Entonces... me voy. Un placer conocerlo.-dije.
-Adiós.- la llama de luz se apago.
Tuve que buscar a tientas la salida de la cámara. Me golpeé con todos los muros antes de lograrlo.
Ya se me hacia normal enterarme de cosas como las que me contó Otrebor, comenzaba a acostumbrarme al misterio y el suspenso seguido de revelaciones que ponen mi vida patas arriba. Tengo una vida tan normal.
Caminé a mi ritmo por la cueva, sin ninguna prisa. Pensando en Thanor, o mejor dicho, en todos los secretos que me esconde. ¿Cómo pudo ser aprendiz de Otrebor si siempre estaba con nosotros en la manada? Bueno... no siempre. Como todo alfa iba a hacer misiones de reconocimiento, los tres altas menores de la manada lo hacían, mientras mi padre cuidaba de la manada. Dudo mucho como podía venir hasta aquí en sólo cuatro o cinco días, mínimo tendría que correr do días sin dormir para llegar hasta aquí. Pero tampoco hacia reconocimiento de la zona muy seguido, casi siempre se dedicaba a cuidarme.
Fuera lo que fuera intentaría no enojarme con el. Quería creer que no me lo había dicho para que no me involucrará, hasta que llegue a la conclusión correcta: si me lo decía, era peligroso que descubriera mis propias habilidades y seria un gran peligro para todos.
Ya que lo que hacía que las fuerzas de mi interior se deparará era la ira, lo mas razonable era mantenerme tranquila lo más que pudiera. No debía enojarme ni estrés arme, por el bien de los demás y el mio propio.
Cuando distinguí la suave luz de la salida me transforme a mi forma Humana. El tacto de mis pies descalzos con la dura piedra del pido de la cueva me da va frío y me estremecía a la menor corriente de aire que salía de la entrada. Definitivamente no podía experimentar esas sensaciones en mi forma lobuna. No era algo malo, ni algo bueno, simplemente era diferente.
En tan sólo diez pasos llegue al lugar donde había dejado mi ropa para ponérmela usando volviera. Me la puse lentamente, dándome cuenta de cómo mi cuerpo entraba en calor al poco tiempo de haberme vestido.
Al salir pude ver a Ferwaf, que aún conservaba varios vendajes, incluso uno en la cabeza, era lobo. Me pareció injusto que a él lo dejarán como lobo, pero pronto recordé que el tenía otras responsabilidades que podían necesitar de eso. Al yo salir, levanto la cabeza y me miró con una ceja levantada.
-Eres aún más fea como Humana- me dijo.
-Y tu igual de arrogante aunque te conviertas en lombriz-respondí.
-Eso dolió.
-A que se debe tu visita, lobo amorfo sin esperanza a lograr que su pequeño cerebro funcione algún día.
-Ah bueno, si quieres me largo.
-No seas tan dramático.
-No seas cabrona.
-¡Oye!
-¿Lo ves?
-Cállate.
-Axel me dijo que quería hablar contigo.
-¿Donde?
-Te llevo con el, sígueme.
-Bien, te acompañó.
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Corre
Hombres LoboLa ultima vez que lo vi, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Todo sucedio tan rapido. Nunca se borrara ese recuerdo de mi memoria. El me protegio y dio su vida por mi. Aun recuerdo lo ultimo que me dijo... Corre. ***************************** Est...