Fuimos con Axel que nos estaba esperando en la entrada a Orenüm. Me explicó que era un hombre lobo y se comunicaba con Mugandir a su voluntad con sus poderes.
Caminamos hasta un lugar en medio de los árboles en el que no habían otros licantropos.
- Ayudare a instruirte. Solo tenemos una semana y media para que aprendas a no matar a nadie. - me dijo con tono ansioso.- es mejor que empecemos ya con algo, mañana volverás con Otrebor para que verifique tu desempeño. Lo primero que debes hacer es buscar algo que te inspire, tu motivación para la magia. Recuerda que cualquier cosa que tenga que ver con odio, irá, destrucción y todas esas cosas que te encantan no cuentan.
-Wao, entonces ¿debo volverme pacifista? -dije yo.
-No seas tan tu. Lo que debes hacer es buscar otra inspiración. Sino, cada vez que te enojes correrás el riesgo de matar a quienes te rodean. -hizo una pausa.- Yo simplemente mantengo mi mente en estado neutro, concentración. Solo eso. Concentración.
-Ya... ya se. Ya lo tengo.-le dije.
-A ver, ¿que?
-Conformate con saber que no es malo
-Mmmm... vale. Pero no tengas pensamientos muy candentes sobre Thanor...
-¡Axel!- le di un buen merecido golpe en la cabeza.- Eres un idiota.
-Bueno calmate. Era solo una bromita. Ahora, ve a buscar un lugar tranquilo que te guste. Me llamas cuando lo encuentres.-y se acostó boca arriba en el césped.
-¿No deberías buscarlo tu?
-No. Yo tengo mis propios métodos. Ahora vete. Rápido que no tenemos todo el día.
-Oh, porque a mi.
Comenze a caminar. Podría ir mucho más rápido como loba pero no me apet ecía desvestirme a plana vista. No era algo que me gustara demasiado.
Apenas lo vi me gustó. Tres pinos, tres hermosos pinos de gruesos troncos, seria maravilloso saber todo lo que han visto esos árboles a lo largo de los años desde esas alturas, pero lo que adore fue una pequeña flor amarilla, a los pies de esos tres gigantes. Estaban perfectamente alineados cerca de uno de los lados del valle. No había nadie cerca, así que me pareció el lugar perfecto.
Antes de volver con Axel me senté un momento en el césped, con la espalda apoyada en el árbol de en medio. Acaricie la pequeña flor, casi insignificante, pero que aún así albergaba vida al igual que yo. Pensé en todas las vidas con las que arrebatariamos si triunfabamos y en todas las vidas que desperdiciariamos si éramos incapaces de lograrlo.
Todos allí parecían estar de acuerdo. Todos colaboraban los unos con los otros. Pero por encima de las diferencias todos tenían el mismo proposito: sobrevivir a la guerra. Pronto debía convencer a varias manadas de que se nos unieran a nuestro proyecto suicida. Era alguien influyente en otras épocas, cuando mi manada era una de las más grandes de todo Berph. Ahora sólo quedaban las cenizas de lo que alguna vez fue mi hogar, mi familia. Puede que Ancor no haya sido mi padre, puede que no me quisiera, pero tuvo un lugar importante en mi infancia. El que me enseñó todos lo que se. Gracias a él, ahora cargaba conmigo el peso del Colmillo Sagrado de la manada de los Licantropos del Norte. Era una alfa ahora, una alfa algo defectuosa, pero aun así una alfa. Sin entrenamiento y con los pocos principios morales que albergaba mi corazón había conseguido sacar a flote a los que quedábamos de ella.
Me levanté, dispuesta a comunicarle a Axel el lugar escogido. Lo lleve hasta el. Cuando lo vio parecía bastante satisfecho.
-Que curioso- dijo- fue el mismo lugar que yo escogí. Me sera mas fácil instruirte aquí. Has elegido sabiamente. Ahora dime ¿por que aquí?
-Tres enormes pinos alineados, imponentes. Pueden ser vistos desde una gran distancia. Pero no fue por eso que elegi aquí, mira allá. - señale la flor.- No preguntes por que, pero verla, tan sola, tan simple, sólo con sus ganas de vivir... me recuerda a mi.
-Mismo lugar, distintas perspectivas.
-Distintas formas de pensar. Así suena mejor .
-Cómo digas.- se sentó pesadamente, por un momento tuve mido de que aplastara a la flor- Empecemos con tus lecciones, a partir de ahora yo también seré tu maestro.
-Genial...-suspire y me dediqué a escuchar atentamente las palabras de Axel.
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Corre
ПеревертніLa ultima vez que lo vi, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Todo sucedio tan rapido. Nunca se borrara ese recuerdo de mi memoria. El me protegio y dio su vida por mi. Aun recuerdo lo ultimo que me dijo... Corre. ***************************** Est...