Así mismo como estábamos nos fuimos a dormir. Esa noche no hubo guardia, ni cena, ni nada. Dormimos cerca de unos arbustos, esperando que eso ocultara un poco a cuatro lobos de metro y medio, claro. Yo estaba demasiado cansada. La próxima vez creo que si le haré caso a Mezth cuando me diga que es una locura. Al final de todo mi idea no sirvió para nada. A menos que quisiéramos cruzar uno de los ríos más peligrosos de todo Berph a nado, llegar medio ahogados a la orilla, y que nos persiguieran los humanos, creo que no funcionó como yo pensaba.
Mientras dormía, tuve un sueño muy... incomún para mí. Un enorme lobo, el doble de Mezth, de pelaje gris y plateado caminaba hacia mí. Cuando llegó precisamente a donde estaba yo... la voz de Mezth. Odio que me despierten a mitad de un sueño, en especial uno así.
-Hola- dije- ¿Que pasa?
- Lo mismo iba a preguntarte yo. Greeb y Thanor no están.
-¿Comó que no están?
-No lo se, quizá salieron a dar una vuelta. No creo que los humanos tengan que ver, sino nos hubieran hecho lo mismo a todos.
-Bueno, entonces esperemos.
Ya había pasado una hora, cuando dos figuras salieron de la espesura. Ambos habían vuelto y al parecer estaban ansiosos por alguna razón.-¿Donde estaban ustedes dos?- pregunté, más por preocupación que por curiosidad.
-No nos lo van a creer-dijo Greeb- Hemos encontrado a... a Yëst.
-¿Que cosa?-dijo Mezth, siempre hay que convencerlo.
-Que hemos hallado a Yëst. Cuentales Greeb- pidió Thanor.
-Hoy cuándo desperté, tuve un extraño presentimiento. Como todos seguían durmiendo me levante. Thanor me oyó y le conté sobre mi "presentimiento". Salímos a caminar y mientras conversabamos, capté el rostro de Yëst denuevo. Era bastante temprano así que decidimos ir solo nosotros dos. El rastro seguía hasta un camino de comerciantes. Como habíamos hecho antes seguimos el rastro por el camino desde un lugar un poco más alejado. Pasó un hombre con un carro alado por un par de caballos y como el rastro coincidía con su ruta... bueno, nos subimos a su carro. Luego de una hora de viajar en el carro, divisamos un puente. Cuando lo cruzamos un par de kilómetros más lejos estaba... la Gran Fortaleza de Berph. Supongo que Yëst está allí y no es el único. Tanto Thanor como yo percibimos el olor de más licántropos. Bajamos del carro antes de que estubieramos muy cerca de la Fortaleza y aquí estamos.
-No sabía que por este lado se podía llegar a la Fortaleza.-dije.
-Nosotros tampoco. Es que ninguno en la manada anda por estos lados, excepto los espías claro.-explicó Mezth.
-Greeb y yo suponemos que los Humanos piensan... matarlos. A Yëst y los demás licántropos que creemos que se hallan allí.-dijo Thanor.
-Debemos sacarlos de allí. No podemos dejarlos morir-dije.
-Por el momento, deberíamos seguí hasta la Fortaleza. Cuando estemos allí veremos como entrar.-sugirió Thanor.
-Partiremos ya.-dicho esto Greeb nos guío a todos hacía la Fortaleza.
Fueron una hora de viaje hasta llegar al camino. Allí debimos separarnos. Si ibamos en un grupo tan grande podrían vernos. Dado a que tanto Greeb como yo sabíamos que Thanor y Mezth no podían estar juntos, así que Greeb y Mezth fueron juntos y yo fui con Thanor.
-¿Te pasa algo?-preguntó.
-¿Por que?
-Es que te veo algo cambiada, ya se que todo lo que te pasó y eso... pero estas diferente. Ni Greeb ni Mezth están aquí, puedes contarme.
-No lo sé. Tengo miedo, los humanos nos destruirán, no podemos hacer nada. Además me siento como una rata escondiendome así de todo.
-Claro que no, nosotros también sabemos luchar. Deberías estar orgullosa de hacer loque haces, no muchos se arriesgan tanto.
-Pero llebamos las de perder. Siempre será así. Todos los días hemos estado al borde de la muerte. Es una suerte que sigamos vivos, tarde o temprano moriremos.
-Nadie te hará daño mientras yo viva, no dejaré que nada te pase. En serio.
-Gracias, eres un gran amigo.
- Sí, tu también eres una muy buena... amiga.
Continuamos el resto del camino en silencio. Cuando faltaba poco para llegar, nos reunimos con Greeb y Mezth. Olfatié el aire, yo también noté a los demás licántropos.
Estábamos tan cerca, pero no teníamos ni idea de como entrar o que hacer. Ahora debíamos descansar. Mañana sería el peor día de nuestras vidas, y ni siquiera me importaba, mi mayor deseo era salvar esas vids por las que habíamos llegado tan lejos.
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Corre
WilkołakiLa ultima vez que lo vi, ni siquiera tuve tiempo de despedirme. Todo sucedio tan rapido. Nunca se borrara ese recuerdo de mi memoria. El me protegio y dio su vida por mi. Aun recuerdo lo ultimo que me dijo... Corre. ***************************** Est...