5- Rosa

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—¿Mary? —la voz de Fabiana llega a mis oídos.

Oh, sólo era ella...

Pff, y yo que creía que era el chico del balcón.

Por Dios.

Qué decepción.

—¡Estoy aquí! —me siento en el suelo y hago como que juego con Félix para que no sospeche nada.

—Oh, están ahí —Fabiana se acerca y nos sonríe—. Tu madre quiere que vayas a cuidar a Tomy, ella y tu padre van a salir.

¿Qué? No jodas.

—Oh está bien, ahora voy —le digo y ella entra a la habitación.

Félix comienza a reír.

—Parece que tengo suerte ¿no?

—Y demasiada Félix, te salvaste de esta —me levanto y le pongo mala cara.

—Tu misma te darás cuenta de que yo no soy ese chico, nos vemos Mary.

—Adiós gato.

                          (...)

—No es él Mary, hazle caso —Tomy me dice.

—¿Entonces quién es? —cruzo mis brazos con mala cara.

—¿Alguien de la preparatoria?

—No Tomy, en la preparatoria no hay nadie como ese chico...

—Pues cuando lo vuelvas a ver pégale con la lámpara, lo secuestras y luego lo obligas a que te diga quién es.

—Buena idea —froto mis manos y él niega con su cabeza rápidamente.

—Era broma Mary, no le vas a hacer eso, solo... espera y luego lo descubres.

—Bueno, es verdad. Pero ya quiero saber quién es y el porqué de aparecer en el balcón de Fabiana.

—Oye, por cierto, ya te has acostumbrado a esto ¿verdad? —cambia de tema.

—Pues sí, es... entretenido.

—Que bien.

—Hoy no he visto a Lulú, ¿dónde está? —le pregunto y él suspira.

A veces me da ganas de reír los gestos que hace Tomy.

—Ella está algo... alocada, es por lo de la transformación. Nosotros comenzamos a sufrir cuando estamos llegando a esa etapa y ella está pasando por eso.

—Pobre —hago una mueca—. ¿Qué tal si vamos a verla?

—Vamos —asiente y salimos de la casa, al llegar a la de Fabiana toco el timbre y ella aparece sonriente.

—¿Ya llegaron tus padres?

—No pero estoy aburrida allá sola y traje a Tomy conmigo y así cuido un poco a tus hijos y tu duermes.

—Oh me parece genial, y no voy a dormir, voy a ir a la peluquería —besa mi mejilla y sale de la casa.

Ok, casa para nosotros solos.

Yo y Tomy entramos y subímos las escaleras, luego entramos al cuarto de Lulú y Félix. La primera está acostada y el segundo nos está mirando.

—¿Y eso de nuevo la loca aquí? —el gato lame su pata y yo le pongo mala cara.

—No vengo por tí, vengo a cuidar a Lulú.

—Aww, ¿vas a hacer de mamá ahora?

—Sí —me siento al lado de Lulú.

Zoosemiótica✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora