25- Transformación

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—Mary, ya es hora de... ¡¿quién es él?! —el grito de mamá hace que despierte y caiga de mi cama.

—¡Mamá! —sentencio adolorida.

Mi trasero se ha golpeado con el suelo y duele.

—Oh rayos —una voz masculina dice y miro de inmediato hacia mi cama.

Es Félix. Él está en mi cama mirando a mamá.

Sabía que no era buena idea dejar la puerta abierta pero con la calentura se me olvidó.

Ha, por fin dices algo cierto.

—Me puedes explicar qué es esto —mamá señala a Félix y yo trago saliva.

Joder.

¿Qué hago?

Miro a Félix y en mi mente le digo que si no tiene algún poder que le haga olvidar esto.

Espero que aunque sea esta vez el poder sí funcione.

Veo que Félix niega con su cabeza.

Ya no me queda de otra que decirle a mamá.

—Él sólo es un amigo —respondo algo nerviosa.

—¿Amigo dices? Que yo sepa los amigos no duermen desnudos.

—Anoche hacía calor —Félix sonríe pero deja de hacerlo al ver la cara de mamá.

—¿Quién te dió vela en este entierro?

—¿Esto es un entierro? —el chico del balcón traga saliva y mamá asiente.

—Sí, el tuyo anticipado si mi esposo se entera.

—No hay que llegar a eso —Félix se levanta, gracias a Dios que trae los vaqueros puestos—. Yo me voy y nada de esto pasó.

—Será lo mejor —mamá asiente y Félix sale por el balcón.

Mamá no se percata de cómo va a salir por ahí ya que se me queda viendo.

—Pensé que teníamos más confianza, Mary Lindsey.

—Y la tengo mamá...

—¿A sí?

—Sí, pero sucedió y... ya, no se pudo evitar —siento el calor subir a mis mejillas.

—Para la próxima cierra la puerta, si hubiese sido tu padre el que hubiera entrado no sé qué habría sido de ese chico —señala la entrada y asiento—. Cuando estés lista baja a desayunar.

Vuelvo a asentir y ella sale de mi cuarto, yo voy directo al baño.

¿Cómo mirar a mi madre sin tener vergüenza?

                          (...........)

—¿A dónde ibas que ya no vas? —la voz de Min me detiene y suspiro para darme la vuelta.

—Voy a la preparatoria.

—¿Sí bonita? No me digas.

—Pues te estoy diciendo que voy a la preparatoria —enarco una ceja y él niega con su cabeza.

—Usted señorita se va conmigo hacia el reino animal.

—No puedo continuar faltando a la preparatoria, Min —le recuerdo.

—Llevas tres días que vas a seguido... así que porque hoy faltes nada pasará.

—Sí pasará, tengo otra vida, Min. Debo estudiar.

—Lo sé, pero tu verdadera misión es protegernos, y si no sabes como hacerlo no lo harás, así que vamos, sólo será hoy...

—Sí claro, hoy y más días.

Zoosemiótica✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora