Zoosemiótica✔

13- Reino animal

—¿Y para qué quieres que vaya al baño de mis padres contigo? —le pregunto a Félix-chico del balcón-creído.

Hace unos minutos llegó aquí. Me dijo que tenía que acompañarlo al baño de mis padres, no entiendo para qué.

¿Tal vez para violarte?

Ojalá.

¿Acabas de...?

Es broma.

—Pues... Te enseñaré algo.

—¿Me violaras? —enarco una ceja y él suelta una carcajada.

—Si quisiera violarte ya lo hubiese hecho, Mary Lindsey.

—¿Entonces? Robarás el papel de mis padres —afirmo y el niega.

—Claro que no, vamos —toma mi mano y tira de ella haciendo que vayamos a la habitación de mis padres.

Yo ni entro y no sé ni cómo es el baño de mis padres. Se que lo tienen limpio, eso es obvio.

Félix habre la puerta de mis padres y entra al cuarto, espera a que yo entre y luego cierra la puerta.

—Este cuarto es cool —dice observando toda la habitación.

—Pues si, mi madre se encarga de la decoración siempre, esto es obra suya.

El cuarto es asombroso. Y mil veces más bonito que el mío y grande. No entraba aquí desde hace tiempo.

—Vamos al baño —Félix toma mi mano.

—Espero que no sea una broma.

—No lo será, tal vez pienses que sí, pero no.

—Ñeh.

Abre otra puerta y entra, cuando yo lo hago lo primero que veo es un gigantesco espejo.

¡¿Por qué yo no tengo uno así?!

Mis padres tienen demasiadas cremas para la piel aquí. ¡Yo sólo tengo una!

Cuanto drama.

Jódete.

Félix se acerca al retrete y lo observa.

—No entro a uno hace tiempo.

—¿Qué dices? —lo miro confundida y él ríe.

—Entrar en un retrete donde las personas hacen sus necesidades.

—Te volviste loco —aseguro y él niega con su cabeza.

—Pues no, entrar a un retrete es ir a mi casa. Al reino animal, delicia.

—¿Esto es broma? ¿Cómo se te ocurre que vas a entrar por un retrete? Y más con tu tamañote...

—Pues entro fácil, y tú también lo harás ahora.

—No me jodas Félix —me doy la vuelta para salir del baño pero el agarra mi brazo.

—Ahora perteneces a esto, debes ir delicia, eres la chica del don.

—Me importa mierda.

—¿A sí? ¿Dejarías que el mundo animal muriera por tú culpa?

—¿Y por qué iba a morir el reino animal? No está ocurriendo nada.

—Tú eres lo que está ocurriendo, Mary Lindsey, tienes que conocerlo todo a fondo, ahora más que nunca que sabes que hay una mafia gatuna.

—Pff, todavía pienso que despertaré algún día.

—Sueña cariño, sueña —él rueda sus ojos y yo resoplo.