21- ¿Broma?

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—¡Mary! Ya es hora de ir a la preparatoria —la voz de mamá hace que pegue un salto en mi cama y por fin despierte.

Estoy súper cansada.

Demasiado.

Apenas he dormido cuatro horas, y eso es muy poco.

Me levanto con mucha pereza y me quedo sentada. Froto mis ojos, bostezo y luego abro mis ojos lentamente.

La primera cosa que llega a mi mente es:

¿Dónde diablos está Tomy?

Sí, tal vez como a cualquier persona normal le hubiera llegado a la mente los que hizo la noche anterior.

Pero no, yo pienso en Tomy. Lo que sucede es que anoche llegué aquí con Félix, y no vi a Tomy, ni tampoco a Min. No sé cuál fue el paradero de esos dos, ni lo que hicieron, pero espero que lo que hayan echo lo hayan echo bien y no se hayan metido en un lío.

Tomy es algo... infantil. Parece de quince años, aunque es guapo, y Min, Dios, Min está rebueno pero él ya tiene experiencia en la vida humana y sabe que hacer en una fiesta, pero Tomy no, ¡mi niño no sabe!

Estoy asustada.

Tengo miedo y la preocupación se ha instalado en mí.

Por puta y dejar que Tomy se fuera a perrear sólo. Tenía que ir con él y no quedarme con Félix, pero bueno, al final disfruté estar a solas con...

¡Céntrate Mary!

Me levanto y tomo una ducha para luego vestirme y bajar.

—¿Han visto a Tomy? —le pregunto a mis padres cuando llego al comedor.

—No, desde ayer por la tarde no lo veo —papá me responde y automáticamente llevo mis uñas a mi boca.

Es raro.

O tal vez Tomy esté en la casa de alguna chica, o en la casa de anoche donde se celebró la fiesta.

—Voy a la casa de Fabiana para ver si está allí —les digo y mamá toma mi mano.

—¿No vas a desayunar?

—No tengo hambre —niego con mi cabeza y salgo de la casa junto a mi mochila y mi teléfono.

Al estar en el porche de la casa de mi vecina toco el timbre y espero varios segundos hasta que ella abre la puerta y aparece al otro lado con una sonrisa radiante.

—Mary, amor, ¿estás bien?

—Sí, bueno, más o menos. ¿No has visto a Tomy aquí? —vuelvo a llevar mis uñas a mi boca.

—No sé, justo ahora le estoy preparando el desayuno a Lulú, ella está en su cuarto, puedes ir y ver si lo ves allí.

Asiento y subo las escaleras para ir a la habitación de Félix y Lulú.

Cuando entro me encuentro a la cachorra sentada en el balcón. En el cuarto no hay más nadie.

—¡Lulú! —me hacerco a ella, esta pega un brinco.

—¡Mary! Me has asustado.

—Lo siento, pero ¿Has visto a Tomy?

—No, desde ayer no lo veo, ¿no que iba a una fiesta contigo, Min y Félix? —ladea su cabeza y asiento.

—Sí, pero no lo he visto, bueno a ninguno en verdad.

—Tranquila, ya ahorita aparecerán.

—Eso espero —acaricio su cabeza—. Nos vemos luego, Lulú.

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