8- Vaca dramática

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Me despierto y lo primero que hago es entrar a la ducha y luego ir a la casa de Fabiana.

—Mary ¿no tienes clases hoy? —me pregunta luego de darme un abrazo.

—Sí pero debo hacer algo, ¿puedo ir al cuarto de tus mascotas? Creo que dejé algo ahí hace días.

—Está bien cariño, ve.

Entro a la casa y subo las escaleras. No veo a Félix hace dos semanas y tengo que preguntarle algo que tiene mi cabeza loca. Entro al cuarto y lo veo lamiendo sus patitas.

—Vaya, no esperé tu visita —me dice al verme.

—Llevas evitandome hace dos semanas —cruzo mis brazos.

—Que no vaya a tu casa no significa que te evite Mary Lindsey, solo he estado ocupado en estos días.

—Haber, eso no me importa, quiero saber algo.

—Dime ¿Qué quieres saber?

—Primero, dices que tener los ojos del mismo color de los del chico del balcón es pura casualidad.

—Ajá, exacto —asiente.

—Segundo, que tengan la misma voz también es casualidad.

—Sí, eso también.

—Pero esta no es casualidad, él me dijo delicia y tú me dices así.

—Cualquiera te puede decir delicia Mary, eres una delicia, todos deben pensar eso.

—¿Sabes? No te creo nada, tú y él no pueden hacer lo mismo, así que dime la verdad.

—No soy el chico del balcón, Mary —ni siquiera me mira.

—Mientes Félix.

—No miento querida.

—Okay, ¿pero sabes algo? A partir de ahora mi ventana va a estar cerrada, al igual que la puerta que da paso al balcón —aprieto mis labios enfadada.

—¿Y? ¿Eso que me importa?

—Eres un pesado.

—Y tú una fastidiosa.

—Adiós Félix —salgo de la habitación.

—Adiós delicia —escucho que dice y suelto un grito de rabia.

                          (....)

—Mary —Tomy entra a mi cuarto—. Tengo una misión para ti.

—¿Una qué? —pregunto confundida.

—Una misión Mary.

—¿Misión? Ni que fuera una súper heroína por Dios —ruedo mis ojos y él sonríe.

—Eres la chica del don, tu deber es ayudar a los animales.

—Eso no me lo dijiste, solo que tenía que cuidar de ti, Lulú y Félix —levanto mis cejas y él asiente.

—Sí, tienes que cuidarnos, protegernos de nuestros enemigos, pero tienes que ayudar a los otros animales.

—Eso no lo sabía —suspiro—. ¿Qué misión tienes para mi?

—Me informaron que en una granja hay una vaca, esta no quiere comer nada, tampoco se levanta y...

—Espera ¿Tengo que ir a ver una vaca?

¿Qué clase de misión es esta?

—La vaca es de tus abuelos Mary, irás el fin de semana, le dirás a tus padres que quieres visitar a tus abuelos y pues cumplirás la misión.

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