Un apuesto jovencito de cabello alborotado miraba el escritorio vacío de su joven jefa, mientras pensaba: Creo que ya no volverá.
El joven tomo una de las carpetas que estaban en su escritorio y empezó a leerla. A los pocos minutos de ello, el teléfono de la oficina sonó.
Joven Son, la señorita Ox dejo dicho que no regresaría, que procures terminar con todos los pendientes hoy, escucho.
Bien, gracias por el recado, pronunció Gokú, luego de ello dio por concluida la llamada.
Los días siguientes fueron iguales o tal vez peores ya que Milk a las justas entraba a su oficina, excusándose con que tenía que ir a ver como andaba todo por la empresa de su padre.
Fin de semana:
En un modesto café, un par de jóvenes platicaban.
Amigo, ¿Qué te sucede?, mejor no me digas, ya lo imagino, decía un calvo.
Mañana hablare con el señor Ox, pronunció Gokú.
¿Le presentarás tu renuncia?, acoto Krilín.
No, claro que no, aunque después de lo que le diga, a lo mejor si salgo de la empresa, pero despedido, decía Gokú.
¿Qué piensas hacer Gokú?, añadió preocupado el calvo.
Hablarle de mis sentimientos hacia Milk, dijo el joven de cabello alborotado.
¡Te has vuelto loco! pronunció Krilín.
Necesito que ella se dé cuenta que mis sentimientos son sinceros, dijo Gokú.
Si haces ello, solo vas a conseguir que el señor Ox te despida y sin paga, pronunció el calvo.
No me importa, ya está decidido mañana hablare con el señor Ox, pronunció Gokú, mientras su amigo lo miraba preocupado.
Al día siguiente:
Una pelinegra escuchaba lo que una de las secretarias de la empresa le decía.
¿Mi padre lo volvió a llamar?, decía Milk tratando de sonar calmada.
Qué yo sepa, no señorita, pero el joven Son, se comunicó para decir que antes de venir aquí iría a hablar con el señor Ox, ¿de qué?, no lo dijo, respondió la mujer.
Bien, gracias por el mensaje, contesto la pelinegra, mientras pensaba: ¿Por qué no me dijo nada mi padre cuando lo vi en el desayuno?, bueno tal vez él no lo mando llamar sino Gokú decidió ir a verlo, pero ¿para qué?
En tanto:
Un gigantesco hombre miraba con firmeza a un apuesto jovencito de cabello alborotado y vestimenta sencilla, tras la confesión que este le había hecho.
Haré de cuenta que no dijiste nada, pronunció un gigantesco hombre, tras unos breves minutos de silencio.
¿Qué?, respondió confundido Gokú.
Mira muchacho, es normal que te sientas atraído por mi hija, ya que su belleza es innegable, es más no eres el único empleado que está enamorado de ella, y mi hija de hecho sabe ello, ya que es una chica inteligente, y por lo mismo también conoce su lugar, por ello haré de cuenta que no escuche lo que dijiste, eso sí, te diré algo, y solo te lo diré una vez, dedícate a tu trabajo y no andes soñando con imposibles, decía el señor Ox, con firmeza.
Gokú, iba a responder algo más, pero decidió callar, pues lo que menos quería era que el padre de la pelinegra lo saque de la oficina que compartía con ella, ya que él sentía que si bien no había habido avance entre los dos, estaba seguro que lo habría en algún momento si seguía cerca de ella.
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"¿AMOR DE UN DÍA?"
RandomElla quiere una relación de solo un día. Él la quiere para el resto de su vida desde la conoció y esta dispuesto a todo para quedarse en su vida. ¿Lo logrará? Descúbrelo en: "¿Amor de un día?"