Capítulo 38: "Manteniendo la fé y el amor"

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Ya había pasado más de un mes desde que la pelinegra había sufrido aquel accidente, más de un mes que ella permanecía hospitalizada con un diagnóstico nada alentador para los seres que la querían. Debido a la condición de la joven, su padre no pudo trasladarla a otro hospital, él lo único que pudo hacer fue contratar a personal especializado para que estén al pendiente de su hija las 24 horas del día, ya que el personal del hospital donde estaban si bien le brindaban atención no podían estar solo pendientes de ella, pues tenían otros pacientes que atender.

Gokú durante todo ese tiempo había tenido que organizar sus tiempos, para hacerse cargo de sus grupos de alumnos de su gimnasio, y también de sus horas que él tenía que estar junto a su amada en el hospital, horas que él trataba de que no coincidieran con el padre de esta, pues si bien el señor Ox no le decía nada al encontrarlo allí, él sabía que su presencia no era del agrado de su ex jefe y para evitarle una incomodidad a este, él con el apoyo de Vegueta sabía las horas en que el señor Ox no estaba en el hospital para que él fuera, eso sí, todas las noches sin excepción alguna, él se las pasaba en el hospital hasta el amanecer, tal vez esperando alguna noticia alentadora con respecto a ella, pero esa noticia parecía no llegar, al menos no hasta ese momento.

Hospital:

Un joven de cabello alborotado estaba sentado en una banca de un frio pasillo hospitalario leyendo un artículo en su celular, cuando de repente escucho una voz.

Joven, joven, decía una mujer uniformada.

Dígame, respondió Gokú poniéndose de pie.

El joven Ouji, ¿no lo ha visto?, pronunció la mujer.

Fue al cafetín, pero si necesita algo para Milk, dígamelo a mí, yo..., decía Gokú, siendo interrumpido por la mujer.

Solo quería informarle al joven Ouji, que el médico ha indicado que desde hoy alguien puede quedarse dentro de la habitación con la señorita Ox, pronunció la enfermera.

Esa es una gran noticia, respondió Gokú, mientras un joven de cabello de flama venía por un pasillo.

Tras algunos minutos el joven llego al lugar donde estaba Gokú y la enfermera, quién le comunico lo mismo que le había dicho al joven de cabello alborotado.

¡Gracias! por la información, dijo Vegueta, antes de que la mujer volviera a entrar a la habitación donde estaba la pelinegra.

El joven cabello de flama, miro al joven de cabello alborotado, al tiempo que se tornaba pensativo.

¿Sucede algo?, pronunció Gokú al sentirse observado.

Como ya lo sabes por motivos laborales, yo no puedo quedarme toda la noche en el hospital, ni mi padrino tampoco, por ello él contrato personal especializado que este al pendiente de ella las 24 horas del día, sin embargo, sé que tú a pesar de también trabajar durante el día, haces el sacrificio de quedarte todas las noches en este pasillo...., decía Vegueta.

Para mí el quedarme cerca de ella no es ningún sacrificio, contesto Gokú.

Lo sé, sin embargo no vas a negarme que te debe ser incomodo dormir en una banca, en este frio pasillo,...acotaba el joven cabello de flama.

Ello no importa, lo único que quiero es estar cerca de mi niña, respondió Gokú.

Son, a partir de ahora quiero que estés más cerca de ella,..., decía Vegueta.

¿Más cerca de ella?, pronunció confundido el joven de cabello alborotado.

Sí, pero vas a tener que ser muy cuidadoso, como ya sabes mi padrino no se queda por las noches desde hace más de dos semanas, pero si está aquí a primera hora de la mañana para poder recibir alguna información sobre alguna evolución en Milk, por ello debes ser cuidadoso, mi padrino no puede encontrarte dentro de la habitación donde esta ella..., agregaba el joven cabello de flama.

"¿AMOR DE UN DÍA?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora