Capítulo 46: "Probando un amor: Duda"

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(Últimos capítulos)

Un gigantesco hombre miraba fijamente a una pelinegra que había entrado hace algunos segundos al despacho que tenía en su mansión.

Aquí me tienes padre, pronunció la joven, mientras caminaba hacia el sillón que estaba frente al que ocupaba su progenitor.

Toma asiento, dijo con seriedad el gigantesco hombre.

¿Qué pasa papá?, desde que llegaste estas extraño, además dijiste que tenías que hablar conmigo en privado, por ello me has hecho venir hasta el despacho de la mansión, agrego la pelinegra, mientras se sentaba frente a su padre.

Así es, tendremos una práctica privada, y el lugar más adecuado para la misma es este, respondió el señor Ox.

Bien, te escucho padre, dijo Milk.

Quiero informarte que he cerrado todas las cuentas bancarias que te aperturé, a excepción de la del banco donde recibes tu sueldo de ejecutiva, así mismo, si bien seguirás trabajando en la empresa, está a partir de hoy dejo de ser tuya,..., pronunció el gigantesco hombre.

¿Qué?, dijo Milk confundida.

Ya no serás la dueña de la empresa, solo mí representante en ella, claro por ese trabajo percibirás un sueldo...

¿Por qué padre?, ¿Qué tratas de probar con ello?, añadió la joven, interrumpiendo a su progenitor.

Quiero despejar una duda que tengo, contesto el señor Ox con calma.

¿Qué duda?, si piensas que Gokú se acercó a mí por dinero, y lo estás poniéndolo a prueba, déjame decirte que él....

No estoy probando a él, sino a ti, acotó el señor Ox con firmeza.

¡A mí! dijo sorprendida Milk.

Sí, quiero probar si lo elegiste a él por amor o por gratitud, respondió el gigantesco hombre, haciendo que su hija bajara la mirada y se torne pensativa.

Papá debe pensar ello por la diferencia económica abismal que hay entre los dos, pero ello no es así, yo no lo elegí por gratitud, ni por sentirme ligada a él por lo que paso entre los dos, no, yo lo elegí a él porque me enamoré de él, como no enamorarme de él si ha sido tan paciente y dulce conmigo, él me hizo creer nuevamente en el amor, en ese amor dulce, paciente, comprensivo, respetuoso, puro, en ese amor que cuida, que no lastima, él me hizo volver a creer que ese amor que siempre busque si existía, y por lo mismo no puedo renunciar a este, no puedo, no puedo, pensaba la pelinegra.

En tanto:

Un grupo de jóvenes se encontraban en un modesto café – restaurante, consumiendo sus alimentos mientras platicaban entre ellos.

¿Qué tienes Gokú?, desde hace varias horas te noto extraño, decía Piccolo.

Sí es cierto, estás así de extraño desde que recibiste la visita de tu suegro, agrego Ten.

¡El magnate estuvo en el gimnasio! pronunció un sorprendido Yamcha, mientras Ten asentía, y Krilín miraba preocupado a su amigo.

Sí, pronunció Gokú.

¿Y qué fue hacer allá el señor Ox?, dijo Krilín en tono preocupado.

Fue a pedirme que deje a su hija, respondió con nostalgia Gokú.

Ya decía yo que ese hombre no te podía aceptar tan fácilmente así seas apuesto amigo, pronunció Yamcha ganándose una mirada de reproche de Piccolo y Krilín.

No hagas caso a las palabras de Yamcha, amigo, mejor sigamos cenando decía Ten.

Sí, añadieron a la vez Piccolo y Krilín, mientras Yamcha lo miro a ambos y levanto sus hombros.

"¿AMOR DE UN DÍA?"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora