Un apuesto joven de cabello alborotado de mirada iluminada detenía su modesto auto frente a una gigantesca mansión.
Entonces así quedamos, decía Milk, con dulzura, mientras se sacaba el cinturón de seguridad.
Si mi niña bella, pronunció Gokú, tomando su mano, para evitar que ella baje del auto.
¿Tienes algo más que decirme?, añadió la pelinegra, con dulzura, mientras sentía su corazón acelerarse ante el contacto.
Si, ¡gracias! dijo Gokú, mientras acercaba su rostro al de la jovencita, haciéndola ponerse nerviosa. ¿Puedo?, agrego el joven, mientras tomaba con una de sus manos el rostro de la joven, para hacer que ambos conecten miradas.
Claro, respondió Milk mientras sus mejillas se ruborizaban, al tiempo que el jovencito de cabello alborotado posaba sus labios sobre los suyos.
La pelinegra al sentir los cálidos labios de su ahora novio sobre los suyos cerro sus ojos y correspondió el beso con la misma dulzura que este le daba. A los pocos segundos de empezar a besarse, la pelinegra sintió humedad en su rostro, entonces abrió sus ojos, y vio que de los ojos del joven de cabello alborotado brotaban algunas lágrimas. Milk alejo su rostro del joven de cabello alborotado, que ante ese acto abrió sus ojos.
Eres muy dulce y tierno, no sé si merezca tanto amor de tu parte, dijo Milk, mientras con sus manos limpiaba las lágrimas que habían humedecido el rostro de su novio.
Claro que lo mereces mi niña, y disculpa, no sé qué me paso, respondía Gokú con dulzura, tomando las manos de la pelinegra para depositar en las mismas suaves besos.
No te disculpes, no has hecho nada malo, eres una persona muy sensible, y ello te hace un ser humano aún más extraordinario, pronuncio Milk con dulzura.
Creo que es momento de que bajes, acoto Gokú con dulzura.
Sí, dijo la pelinegra.
Espera, yo te abro la puerta, añadió el apuesto joven de cabello alborotado, luego bajo del auto.
En tanto:
Desde el balcón de una lujosa habitación un gigantesco hombre observaba lo que acontecía con el apoyo de unos binoculares, al tiempo que platicaba por celular.
Como lo oyes Ox, escucho.
Muchas personas influyentes estuvieron allí, decía el señor Ox.
Sí, amigo, muchas, y pues parecía que a tu hija le importo bien poco, ¿no?, sino no hubiera citado a alguien tan insignificante a un lugar como ese, y menos hubiera permitido que ese le tome sus manos, que bese las mismas, ya imaginaras todo el escándalo que se va armar al darse a conocer que tu hija está saliendo con un chico que no es de nuestra sociedad, por ello quise comunicártelo amigo, para que te prepares, acotaba la voz, mientras el gigantesco hombre observaba a un joven de cabello alborotado abrir una de las puertas de su auto.
¡Gracias por informármelo amigo! respondió el señor Ox, mientras veía bajar a su hija del auto, con el apoyo del joven de cabello alborotado.
Me imagino que no permitirás ese romance, ¿no?, pues una cosa es que por cortesía hayas permitido la inclusión en la lucha del corazón de tu hija a un joven que no es de nuestra clase social y otra que apruebes ello, escucho.
Así es amigo, tú lo has dicho, por ahora no puedo poner en contra de la decisión de mi hija, pero tampoco la apoyare, ella lo sabe, y yo sé que el tiempo le hará darse cuenta que ese muchacho no encaja en nuestro mundo, pronunció el señor Ox, retirándose del balcón.
No solo el tiempo amigo, sino todos los de nuestro círculo social, eso dalo por hecho, escucho.
Exterior de la mansión:
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"¿AMOR DE UN DÍA?"
RandomElla quiere una relación de solo un día. Él la quiere para el resto de su vida desde la conoció y esta dispuesto a todo para quedarse en su vida. ¿Lo logrará? Descúbrelo en: "¿Amor de un día?"