The Amazing Spider-Man: Eres mi mundo

Otra opción

15:50

Peter caminaba por las calles de Manhattan, con un par de bolsas a mano.

Peter: Estoy feliz, sin duda fue una buena inversión-se detuvo frente a una heladería-. Aún nos queda dinero-entró y en unos minutos salió con un batido en mano.

El castaño siguió caminando hasta terminar de beber su batido, luego tiró el recipiente a la basura e hizo seña para un taxi, y se subió al primero que paró. El taxi fue hasta el distrito de Queens y Peter le pagó al taxista y se bajó. Caminó hasta llegar a su casa, sacó las llaves y entró a su hogar.

Peter: No va a pasar nada si los policías se encargan de los ladrones por hoy-fue a su cuarto, y dejó las bolsas de ropa en su armario. Se estaba por ir de allí, pero se detuvo antes de cruzar la puerta. El castaño abrió el baúl, en el cual puso la chaqueta de cuero que era el simbionte, y la guardó bajo llave.

Peter no había olvidado la promesa que le hizo a Gwen.

El castaño bajó al comedor y se puso a ver las noticias. Esta vez estaba disfrutando ver cómo hablaban de él y su nuevo traje, pero en un momento...

Reportero: ¿Qué opina usted de Spidey?-estaba entrevistando a un adulto de mediana edad.

Hombre: ¡Es un lunático!-se le oía disgustado-Resulta que ahora sale no sólo a detener criminales, sino también les rompe las muñecas. Ese Spider-Man me agradaba, hasta que detuvo al Come-Pecados.

Reportero: Entiendo. Gracias por su tiempo-se acercó a un adolescente con anteojos-. ¿Qué piensas de Spider-Man, amigo?

Nerd: Es un verdadero héroe. ¡Gracias a él, la ciudad es más segura, y ese traje negro le queda genial!

Reportero; Juju, interesante. Muchas gracias por compartir tu opinión.

Las opiniones que tenían los neoyorquina sobre su alter-ego eran muy diferentes, pero el joven Parker estaba satisfecho al saber que tenía el apoyo de gran parte de su ciudad.

El traje negro le había sido de ayuda, y con creces, después de todo mejoraba sus habilidades. Sabía que se trataba de un simbionte, así como que su otro yo y el Eddie malvado lo tuvieron; Gwen se lo recordaba mucho, pero el castaño estaba convencido de algo, de que su otro yo y Eddie fueron débiles y por eso fueron presuntamente controlados por el simbionte de su dimensión.

Harry estaba en su oficina, con un vaso de alcohol en mano. El rubio estaba viendo un periódico del Bugle.

Harry: Así que ahora vistes de negro...-vio sorprendido la nueva indumentaria de su enemigo. Tocaron la puerta-Pase.

Felicia entró a la oficina.

Harry: ¿Qué ocurre, Felicia?

Felicia: Bueno...Vine a preguntarle...si se encuentra bien-al rubio le llamó la atención.

Harry: ¿Si me encuentro bien?-la pelinegra sintió-Claro que estoy bien, ¿Qué te hace dudarlo?

Felicia: Algo le ocurre, Harry. Me preguntaste por el veneno de araña, estuviste preso durante siete meses, y...cuando regresaste a OsCorp destruiste el lugar y mataste a muchos de los que trabajaban aquí...Todavía lo recuerdo...Tenías una armadura y un aerodeslizador, y tu cara estaba cambiada...Hay algo atrás de todo esto-Harry asimiló lo que dijo su secretaria.

Harry: Fue mi enfermedad, la maldición Osborn, lo que me hizo tener esa apariencia.

Felicia: ¿Su enfermedad?-el rubio asintió.

Harry: Es por esa enfermedad que murió mi padre. Es hereditaria. Al inicio, pensaba que la sangre de Spider-Man me podría curar. Intenté pedírsela, pero se negó. Fue por eso que te pregunté por el veneno de araña.