Capítulo 18: La fiesta continua

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La música aún resonaba en los oídos de todos, aunque a un volumen un poco más bajo, mientras se oían un sinfín de charlas, como ecos, y el sonido de los cubiertos, mezclado con algunos roces de copas

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La música aún resonaba en los oídos de todos, aunque a un volumen un poco más bajo, mientras se oían un sinfín de charlas, como ecos, y el sonido de los cubiertos, mezclado con algunos roces de copas.

—Faltan tres horas para que se acabe este año, y voy a decir que fue el mejor año de mi vida —argumentó R.J, y, al terminar, bebió champán—. Tuve sexo con todas las chicas de Tau Epsilon; las conté y fueron veinte exactamente.

Al oír el comentario de R.J, Charlotte se atragantó repentinamente con un pedazo de salmón.

—Amor, ¿estás bien? —susurró Bradley, al ver que ella tosía sin cesar.

—Bebe agua —le dijo Sophie, al verla casi ahogada.

—Sí, estoy bien, es que me atoré con un pedazo de salmón —explicó, tratando de beber agua y digiriendo el comentario de R.J. Si él tuvo sexo con todas las integrantes de Tau Epsilon, lo más probable es que también lo haya hecho con «Brooke», es decir, con «Adhelaida Woods», que pertenecía a esa fraternidad. Francamente, él vomitaría si supiera la verdad. ¿Quién lo diría? Una bruja con más de trescientos años de edad teniendo relaciones íntimas con un simple mortal.

—¿Dices que tuviste sexo con todas las chicas de Tau Epsilon? —le preguntó Sophie, pensando exactamente las mismas aberraciones.

—Sí, con todas —afirmó R.J—. Pero, ahora que recuerdo... hubo una en especial que me encantó. Ella era toda una diosa, parecía tener más experiencia que las demás. Su nombre era... —Sus ojos se vieron pensativos hasta que Charlotte se apresuró a decir:

—¿B-ro-rooke? —Sintió cómo su lengua se enredaba torpemente. Fue muy valiente de su parte nombrarla. No obstante, un arrepentimiento abatió su corazón, que sufrió una cruel aceleración.

—Sí, ¿cómo lo supiste? —replicó R.J, con la sorpresa filtrada en las cejas, que crecieron como un par de arcos.

—Es que ella, ella... al parecer... —La mirada de Charlotte se notó un poco asustada, al mismo tiempo que un misterio ahogó sus palabras—. Olvídalo.

R.J la observó curioso, y sus ojos se empequeñecieron.

—¿Qué sucede? —la cuestionó, sin mucho entendimiento.

—La verdad es que es mejor no hablar de alguien que murió hace tan poco tiempo —corroboró Sophie, en voz un poco baja, y luego pasó saliva.

Ya toda la universidad las creía muertas. El rumor corrió desde principios de diciembre, cuando Chloe le contó a una chica del equipo de voleibol que Brooke y Rebecca no solo habían desaparecido, sino que, al parecer, estaban muertas. Luego de eso, un sinfín de teorías comenzaron a rodar por las bocas de todos, a pesar de que había unos pocos, como R.J., que no estaban enterados de nada.

Un miedo perceptible se dibujó en el rostro de R.J. en ese mismo instante, cuando Bradley comenzó a sudar. Ni siquiera pudo terminar de comer y se sintió un poco enfermo. Ya tenía muy claro de quién hablaban.

Sicretum (algo oculta Salem)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora