Capítulo 58: Una llamada de Nick

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Charlotte tuvo más pensamientos sobre Bradley mientras se acercaba al campus de Lothingham

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Charlotte tuvo más pensamientos sobre Bradley mientras se acercaba al campus de Lothingham. Imágenes inquietantes de su espalda, la cruel somnolencia que lo derrumbaba y esa mirada llena de dolor la atormentaban. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

De repente, el teléfono cerca del acelerador vibró. No era una llamada ni un mensaje, sino una fotografía. Al tomar el teléfono, la pantalla iluminó su rostro y una expresión de miedo se dibujó en él: Adhelaida Woods aparecía claramente en la imagen. Flotaba más alto que antes. Sus ojos medio abiertos mostraban una esclerótica sin iris, y sus labios secos, opacos y grisáceos. Sus manos, pálidas y lúgubres, parecían salir de las tinieblas. Su cabello seguía siendo rubio, brillante, sedoso y suave, y su túnica dorada dejaba ver sus perfectos senos bronceados.

El mensaje que acompañaba la foto decía:

«El hechizo va de maravilla, cada día flotan más alto. En dos días abrirán los ojos. Felicidades, humana, ya casi lo logras.

Att: Lauren Polanski.»

Pocos segundos después, otra fotografía apareció: un carnero en dos patas, con un aspecto humano, ojos rojos, pelo azabache y mirada burlona. Era otra imagen enviada por Lauren Polanski, presentando a la criatura encargada de revisar el proceso de transición.

«Te presento a Flux, el guardia de resurrección.»

Una sombra de miedo cruzó el rostro de Charlotte. Solo pensó en no encontrarse con esa horrible criatura en la fiesta que planeaban en su honor.

«Vaya fiesta. Probablemente será espeluznante», pensó, y dejó el teléfono a un lado.

Minutos después, llegó al campus de Lothingham. El auto avanzaba lentamente sobre la nieve hasta estacionarse frente a la gran casa. Al salir, con el vapor saliendo por su boca y secándose las lágrimas con los guantes de lana, se acercó a la puerta y la abrió con sus llaves. Dentro, se encontró con Mafalda Crawford sentada en el sofá, con la mirada fija en la pantalla de una laptop.

—Buenas noches —saludó Mafalda con una seriedad excesiva.

—Buenas noches, señorita Crawford —respondió rápidamente Charlotte.

—Quiero que sepas, Charlotte, que cuando yo esté aquí, debes avisar si sales del campus a altas horas de la noche. ¿Entiendes? —Mafalda la miró fijamente.

—Sí, señora —asintió Charlotte en voz baja—. Pero lo puedo explicar. Mi novio está muy enfermo y tuve que ir a visitarlo al hospital.

—No me gustan las excusas. Además, la hora de llegada durante la semana es hasta las ocho y media. ¿Está claro? —la interrumpió—. La primera clase es a las siete, recuérdalo. Hasta mañana.

Charlotte estaba a punto de subir a su habitación cuando recordó que tendría que viajar a Nueva Orleans en un día. Lo meditó unos segundos y decidió preguntar:

Sicretum (algo oculta Salem)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora