Capítulo 35: La creen Satanás

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Abigail Wolff llevaba un gran abrigo de piel de zorro, unos guantes de cuero negro, seguramente de los más finos, y unos tacones de inmensa plataforma de color beige

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Abigail Wolff llevaba un gran abrigo de piel de zorro, unos guantes de cuero negro, seguramente de los más finos, y unos tacones de inmensa plataforma de color beige. Su cabello rubio brillante volaba en medio de las penumbras iluminadas por la luz de la luna, oculta tras los arbustos. En cuanto a Lauren Polanski, llevaba un lindo vestido color rojo oscuro que llegaba justo por encima de sus rodillas, lo suficientemente ceñido como para destacar su pequeña cintura y grandes caderas. Era curioso que, con menos de un grado centígrado, tuviese los brazos al descubierto sin ningún atuendo que la protegiese del frío.

—Miren lo que tenemos aquí —intervino Abigail, lacónica—. Nuestra humana favorita y su valiente enamorado —añadió, observando a Bradley, que comenzaba a reaccionar, mientras sus ojos apenas se abrían—. Ey, cariño, ya todo está bien —le dijo, apretujándole la mejilla izquierda.

Bradley la miró a los ojos y frunció el ceño. Estaba tan desorientado que ni siquiera se enteró de que Marie Clark y sus secuaces habían estado allí, a punto de encerrar a Charlotte en la tumba de Sara Murphy. Además, no reconoció bien a Abigail Wolff, ya que no la recordaba del día desastroso en el mundo subterráneo, cuando fue marcado en público con hierro caliente; se veía muy diferente.

—Creo que sigue muy confundido —interfirió Lauren, mirándolo curiosa. Luego de soltar unas risitas burlonas, continuó: —Tienes que recordar que te desmayaste al ver el cadáver, y... después de eso... no adivinarás qué ocurrió.

Antes de que Bradley pudiera preguntar quiénes eran ellas, sospechando que se trataba de brujas de la Comunidad Sicretum, Abigail fue más rápida:

—Llegó tu exnovia, junto a dos humanas más... y...

—Esperen un momento... —murmuró Bradley, completamente estupefacto, tratando de sentarse en el suelo—. ¿De qué están hablando? ¿Cómo fue que ocurrió...? ¿Cuánto tiempo estuve desmayado? —preguntó, con una nota de terror en la voz.

Charlotte suspiró, lentamente.

—No fue mucho. Todo pasó en cuestión de minutos. Lo que pasa es que Marie Clark está fuera de prisión —anunció, con la mirada decaída—. Pero creo que ya no se volverá a acercar después de lo que ocurrió hoy.

Bradley abrió los ojos, rebosantes de confusión.

— ¿Qué? Sigo sin entender, ¿cómo fue que...?

—Tranquilo, todo está en orden —insistió Abigail, mientras Lauren Polanski reía—. Hicimos que volaran por el aire y luego las embadurnamos con una pequeña lluvia de sangre. ¿No es maravilloso?

Bradley lucía aún más atónito.

—Bueno... —susurró, recordando lo mareado que estaba. De pronto, al pasar la mano por su frente, sintió un fuerte dolor. Era del golpe que se dio al caer al suelo—. Creo que es mejor irnos ya —terminó de decir, evitando mirar el cadáver de Sara Murphy.

Sicretum (algo oculta Salem)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora