Capítulo 34: El cementerio

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—¿Estás seguro? —le preguntó Charlotte

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—¿Estás seguro? —le preguntó Charlotte.

—Sí, es en serio, no quiero que vayas sola. Prefiero acompañarte —contestó Bradley con seguridad.

—Bueno, entonces vamos, pero... sabes que no eres bueno con los cuerpos muertos y esas cosas —dijo Charlotte, mirándolo preocupada.

—Sí, te lo he dicho varias veces, pero tal vez pueda con eso —agregó Bradley, recordando a su abuela muerta en aquella funeraria, dentro de un ataúd de madera. La imagen de su piel pálida y tiesa le causó un leve mareo.

—¿Tal vez puedas con eso? —Charlotte notó la inseguridad en su voz—. No lo sé, no te veo muy convencido.

—Te prometo que estaré bien y que tú estarás mejor conmigo, en serio —insistió Bradley.

—Está bien, vamos. Son las diez de la noche; ya debe estar cerrado, así que nadie nos verá. Es la hora perfecta —comentó Charlotte, mirando el reloj.

Bradley se levantó.

—Oye, amor, ¿crees que no tendremos problemas con la policía? —preguntó mientras buscaba una bufanda y las llaves del auto.

—No te preocupes por eso. Los de la Comunidad Sicretum tienen todo controlado. En esos casos, hechizan a la policía. Me están ayudando para conseguir el mejor resultado; no me dejarían en prisión. Saben que tengo que continuar —explicó Charlotte mientras se acomodaba una bufanda roja.

—Está bien, sacaré el auto —afirmó él, sintiendo una mezcla de frío y nerviosismo.

El paisaje se veía cada vez más oscuro, tanto que probablemente, la combinación de este y el cementerio les causaría escalofríos.

El auto avanzaba en dirección a la calle Washington, donde se encontraba el South End Burying Ground, el cementerio más cercano a la calle Evergreen. Con una pala en el baúl y una dosis de miedo, Bradley mantenía las manos en el volante, mientras Charlotte, en el asiento del copiloto, miraba la oscuridad. Los delgados árboles escuálidos, carentes de vegetación, desfilaban a través de las ventanillas, cubiertos por una nebulosa opacidad.

—De verdad, lo siento por esto. No creo que ninguna chica con la que hubieras estado antes te haya dado tantos problemas como yo —comentó Charlotte, observando las sombras combinadas con las luces intermitentes de los pocos autos que pasaban.

—No digas eso, ni siquiera te compararía con ninguna de ellas. Ya te he dicho que ni siquiera me arrepiento de haber estado a punto de morir por conocerte... y porque Eleanor y Adhelaida me capturaran por medio de ti —aclaró Bradley.

Charlotte curvó ligeramente los labios.

—Yo diría lo mismo. No me importaría haber estado cerca de la muerte si eso me llevó a ti —dijo, acariciando la mano helada de él.

Sicretum (algo oculta Salem)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora