Capítulo 66: Encantamiento Struthers

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Un silencio turbio y peculiar se sintió en el aire, tan intenso que los sonidos de la ciudad —los pitos, los autos y las ambulancias— se oían desde allí

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Un silencio turbio y peculiar se sintió en el aire, tan intenso que los sonidos de la ciudad —los pitos, los autos y las ambulancias— se oían desde allí. Los ceños fruncidos y las muecas de perplejidad de los espectadores, vestidos de blanco y azul, eran evidentes en toda la habitación. Cualquiera habría pensado que los dos estaban locos, pero tras el asombroso suceso en el que Bradley renació casi desde la muerte, hasta el doctor Gordon quedó petrificado.

Bradley abrió los ojos, y la confusión se evaporaba lentamente; el salto en su corazón y el vuelco en su estómago empezaban a reflejarse en su expresión horrorizada.

—Me tengo que ir —dijo, apresurado.

Pasó velozmente entre los observadores.

—¡Aún no estás autorizado para salir! —gritó el doctor Gordon, pero fue ignorado.

—¡Bradley! —lo llamó Nick, corriendo hacia la puerta mientras se escuchaban murmullos de confusión: «¿De qué están hablando?»—. ¿Qué crees que estás haciendo? ¿A dónde vas?

—Voy a Salem —respondió, pisando el corredor, aún con la delgada bata puesta—. No sé qué haré, pero se me ocurrirá algo. ¡No permitiré que la maten!

—¡Estás completamente loco! —afirmó Nick en voz alta—. ¿Sabes a qué te estás enfrentando? Son millones de brujos contra ti. ¿Al menos escuchas lo que estás diciendo? Si vas allá, terminarás muerto, y esta vez... muerto de verdad. ¡Por favor, no lo... —decía mientras Bradley seguía su camino sin siquiera mirar hacia atrás—. ¡Por favor, escúchame! —voceó, casi enfurecido.

—¡No! —negó Bradley, volviéndose hacia Nick—. ¡No puedes detenerme, ni nadie podrá hacerlo! Iré a salvarla, no me importa si me enfrentan un millón de brujos. Ella no puede morir... ¡No puede!

—Morirás —insistía Nick.

En ese momento, médicos y enfermeras se asomaban al corredor, haciendo gestos de desconcierto, como si estuviesen observando la película más loca y confusa del mundo.

—Morirás antes que ella... —volvió a decir Nick con certeza, viéndolo tristemente.

—Al menos quiero intentar salvarla porque... porque... la amo, Nick, la amo —admitió Bradley, sintiéndose más sincero que nunca.

Aún estaba algo confundido tras despertar. Sin pensar en cómo llegaría a Salem, simplemente corría. Corría por los pasillos como si quisiera alcanzar el final del universo, como si el suelo estuviese hecho de agujas afiladas, como si la muerte lo persiguiera y luchara por mantenerse vivo.

Nick lo siguió a toda velocidad.

A lo largo de los corredores, las miradas curiosas de las enfermeras se clavaban en el paciente que corría de manera enérgica. Se preguntaban: ¿Por qué corre? ¿Por qué viste como un enfermo si no parece uno? ¿Acaso está escapando del hospital? ¿Por qué tiene tanta prisa? Todos interpretaron la escena como anormal, y algunos comentarios se escucharon:

Sicretum (algo oculta Salem)  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora